Beirut, 9 sep (PL) La parálisis en el gobierno y el parlamento, y la ruptura del diálogo nacional acentuó hoy la opacidad del panorama político libanés, aunque diversas personalidades apelaron al entendimiento para evitar una escalada de la crisis.
Según diversas fuentes, tiende a complicarse la situación tras el boicot a la última sesión gubernamental por partidos del bloque parlamentario 8 de Marzo, que encabeza el movimiento de Resistencia Hizbulah, y la suspensión de las conversaciones auspiciadas por el presidente del hemiciclo, Nabih Berri.
Reportes de prensa aseguran que dirigentes de Hizbulah intentan interceder entre dos de sus aliados, los movimientos Patriótico Libre (MPL) y Marada, e incluso este viernes el legislador de su bloque Lealtad a la Resistencia Alí Fayyad fue recibido por el ministro del Interior, Nouhad Mashnouq.
El canciller y líder del MPL, Gebran Bassil, boicoteó el lunes la sesión del gabinete y Suleiman Franjieh, jefe de Marada, lo tildó de extremista y sectario al utilizar un lenguaje que -dijo- recordaba al de las milicias cristianas que protagonizaron la sangrienta guerra civil (1975-1990).
Mashnouq, sunnita afiliado a la bancada rival 14 de Marzo, habló con Fayyad sobre los últimos acontecimientos nacionales y temas ambientales como la polución en el río Litani, pero también tocaron la crisis gubernamental y discutieron las vías para contenerla.
Al respecto, el diputado de la agrupación chiita remarcó la necesidad de recurrir a la ‘lógica de la contención antes que a la confrontación y la escalada’ hallar una salida a la parálisis en el ejecutivo y a la incapacidad del parlamento para elegir al presidente del país.
Por su lado, el vicejefe del Consejo Supremo Islámico Chiita de El Líbano, jeque Abdel Amir Qabalan, consideró ‘inaceptable’ la tendencia actual a ‘transformar asuntos públicos en regateos políticos en un intento de conseguir intereses personales a expensas de los del país’.
Qabalan urgió a los políticos libaneses a promulgar leyes que garanticen los derechos de los ciudadanos y les permitan vivir con dignidad, e insistió en que ‘la política debe ser un medio para llegar a la estabilidad y la prosperidad, y no una fuente de disputas y problemas’.
‘El Líbano necesita una política sensata capaz de construir un estado de derecho, un estado que no deje espacio al sectarismo y los intereses personales’, puntualizó el clérigo islámico al abogar por la reanudación del diálogo nacional y la elección del jefe del Estado.
Al igual que muchos sectores nacionales, Qabalan se pronunció también a favor de la adopción de un paquete de acuerdo que incluiría, primero, una nueva ley electoral basada en la representación proporcional.
‘Involucrar a El Líbano en conflictos extranjeros, así como la intervención foránea en sus asuntos domésticos, impedirá nuestros intereses’, advirtió por su lado el ex presidente Amine Gemayel en una reunión con el patriarca cristiano maronita, cardenal Beshara Rahi.
De igual modo, instó a todas las facciones del país a asumir responsabilidades comunes y buscar el modo de desligar la parálisis interna del influjo de Arabia Saudita e Irán.