El presidente del Parlamento, Nabih Berry, aseguró el martes a Marshall Billingslea, alto funcionario del Tesoro de Estados Unidos, que las leyes libanesas en materia de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo están al más alto nivel, mientras que Washington ha lanzado una investigación sobre el supuesto “narcoterrorismo” de Hezbollah.
El lunes, el funcionario estadounidense mantuvo conversaciones con el jefe de Estado, Michel Aoun, y el primer ministro, Saad Hariri.
La justicia de Estados Unidos ha formado el 11 de enero un grupo de trabajo para investigar “el financiamiento y el narcoterrorismo de Hezbollah”, considerado por los Estados Unidos como un grupo “terrorista”.
El Congreso de los EE. UU. Aprobó una ley en 2015 que establece sanciones contra los bancos que financien a Hezbollah, enemigo jurado de Israel.
Según investigadores estadounidenses, la red de Hezbollah incluiría envíos de cocaína entre América Latina y Europa o Estados Unidos, y un circuito de lavado de dinero entre compañías ficticias de Panamá, bancos libaneses e incluso la exportación coches usados de los Estados Unidos a África Occidental.
El viernes, el líder de Hezbollah Hassan Nasrallah negó que su movimiento esté involucrado en el tráfico de drogas para financiarse.
“Estas son acusaciones injustas que no están basadas en ningún hecho real, son fabricadas y no son ciertas”, dijo.