El alcalde de la ciudad francesa de Niza ha decidido llevar ante la justicia al representante del Estado en su provincia a fin de impedir la apertura de un centro religioso financiado por Arabia Saudí, que promueve el pensamiento wahabí takfiri.
“El propietario del edificio y promotor de su construcción -el ministro saudí de Asuntos Islámicos, Sheij Saleh bin Abdul Aziz al Sheij- anunció recientemente que quería destruir todas las iglesias en la Península Arábiga”, afirmó el alcalde, Christian Estrosi.
“Nuestros servicios de inteligencia están inquietos por la posible apertura de este lugar de culto”, añadió el alcalde, del Partido Los Republicanos (derecha), que hizo referencia también a “fondos extranjeros no controlados”.
Christian Estrosi obtuvo el lunes la luz verde de su consejo municipal para iniciar una demanda contra el prefecto, que representa al gobierno de su departamento.
Para Estrosi, alcalde desde 2008, “ninguna autorización municipal ha sido otorgada a este lugar de culto”, un proyecto iniciado en 2002, bajo el mandato de su predecesor.
El prefecto, Adolphe Colrat, ha autorizado recientemente bajo condiciones la apertura del centro del Instituto An Nur. La construcción, iniciada en julio de 2012, se terminó en noviembre.
Él exigió que el centro “no dependa de una influencia extranjera” y su dirección esté asociada a “la colegialidad representativa del culto musulmán en la ciudad de Niza y el Departamento”.
Los países europeos se muestran inclinados a frenar la influencia saudí y el wahabismo en Europa, al que culpan de radicalizar a la población musulmana local y, en especial, a los jóvenes, muchos de los cuales han viajado a Siria u otros países a unirse a grupos terroristas. Los atentados de París y Bruselas fueron llevados a cabo por individuos radicalizados y adheridos al wahabismo.
Francia ha sido acusada de vender su política exterior a Arabia Saudí y Qatar a cambio de inversiones y de lucrativos contratos de armamento.