La firma franco-suiza Lafarge Holcim, especializada en construcción, admitió haber entregado dinero de forma “inaceptable” a grupos armados en Siria, entre los cuales podría encontrarse Daesh, con el fin de mantener una fábrica en funcionamiento.
En un comunicado, la entidad aceptó la entrega, desde el 2012 hasta el 2014, de ‘fondos a terceros con el fin de alcanzar acuerdos con un determinado número de estos grupos armados, incluidos algunos sometidos a sanciones’.
La compañía indicó que durante las indagaciones no pudieron definir qué bandas están comprendidas en los tratos. Por su parte, el diario Le Monde reveló hace algunos meses que Daesh resultó beneficiado.
Según las informaciones, los pactos y la entrega de dinero sirvieron para garantizar el funcionamiento de una fábrica de cemento en la ciudad de Jalabiya, al noreste de Alepo.
La factoría pertenecía en aquel momento al grupo francés Lafargue, que luego se fusionó con la empresa suiza Holcim.
El caso fue destapado por Le Monde en junio del año pasado y la justicia francesa abrió una investigación preliminar ante acusaciones de financiamiento al terrorismo.
El comunicado de la compañía indicó que ‘los responsables de las operaciones en Siria parecen haber actuado según lo que consideraron mejor para los intereses de la empresa y sus empleados’.
Sin embargo, la investigación revela errores de apreciaciones significativas, y en contradicción con el código de conducta entonces vigente.