El primer ministro libanés, Saad al Hariri, teme que aumente la tensión entre los refugiados sirios que acoge el Líbano y los ciudadanos del país y que derive en enfrentamientos.
Hariri advirtió que el Líbano está cerca de “un punto de quiebre” a causa de la presión que le supone dar refugio a más de un millón de sirios.
“Hoy, si vas a la mayoría de comunidades de acogida, hay una gran tensión entre los libaneses y los sirios. Temo que haya disturbios civiles”, afirmó Hariri.
Sus declaraciones se produjeron después de que ayer el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) señalara en un informe que el número de refugiados que han huido de la guerra en Siria desde que estalló en la primavera de 2011 excede los cinco millones.
Los refugiados sirios en el Líbano representan una cuarta parte de la población actual del país. La mayoría viven en campos de refugiados no oficiales y muchos de ellos se encuentran en situación de pobreza severa.
El Gobierno libanés ha rechazado el establecimiento de campos de refugiados oficiales porque teme que se conviertan en permanentes. “Algunos dicen que deberíamos de tener campos de refugiados en Líbano, yo digo que el Líbano se ha convertido en un gran campo de refugiados”, subrayó Hariri.
Según él, el flujo de sirios en el país ha afectado mucho a la economía libanesa y dijo que pediría apoyo financiero externo para revitalizar la economía local y mejorar las infraestructuras del país durante la conferencia sobre Siria que se celebrará la semana que viene en Bruselas (Bélgica).
“Voy a ir (a la reunión) para asegurarme de que el mundo entiende que el Líbano está al borde de un punto de quiebre”, recalcó Hariri.