San Marón fue uno de los primeros evangelizadores de la región de Fenicia, que por el siglo IV conservaba sus ritos y religión pagana; la influencia de este gran asceta dio como resultado el que sus discípulos fundaran algunos años después verdaderos enclaves de evangelización en Monte Líbano.
San Marón siguió a Dios con una fe a toda prueba, por lo que su fama de santidad pronto se extendió por gran parte de la región de Siria. Tuvo en vida numerosos seguidores que quisieron abrazar la vida de austeridad, soledad y oración, que él proponía.
San Marón nació en Siria (m. 410, Siria; hombre humilde, que un día oyó la voz de Dios, aceptando inmediatamente el desafío que significaba seguirle. No solo fue ejemplo, sino que además fue para aquellos hombres un líder lleno de sabiduría y del Espíritu Santo, que supo dar sentido a cada acción, con inflexible disciplina. Alcanzó en vida, fama de santidad en incluso realizó milagros de curación y conversión.
Sus virtudes fueron ampliamente conocidas: justicia, templanza, castidad y trabajo duro, semillas que él mismo plantó en otros, quienes se convirtieron en el campo fértil, que llevó a Dios numerosas vocaciones, que serían tiempo después labradores diligentes y sabios, que harían florecer la Montaña de Líbano en la fe sólida y verdadera de nuestro Señor Jesucristo.
San Marón, patrono, protector e inspirador de la Iglesia Maronita, nunca tuvo la idea de formar una Iglesia; sino, más bien, quiso iniciar dentro de la Iglesia de Antioquía un camino especial de santidad, inspirado en el Evangelio donde Cristo es ” el camino, la verdad y la vida”.
Su vida relatada con pocas líneas por el historiador eclesiástico Teodoreto, obispo de Ciro, se resume en pocas palabras: fidelidad a Cristo, siguiendo los consejos evangélicos, fidelidad a la Iglesia de Cristo, defendiendo heroicamente a su Cabeza visible el Obispo de Roma y fidelidad a las santas tradiciones de la Iglesia Oriental, llevando una vida de ermitaño en la cumbre de una montaña, cercano al pueblo de Kfar Nabo, donde estaba erigido un templo al dios pagano Nabo, que él transformó en un templo cristiano para adorar al verdadero Dios.
San Marón es el fundador y santo patrono de los maronitas, un cenobita de la Iglesia de Antioquía del siglo IV, cuya fiesta se celebra todos los años los 9 de febrero.