Una corte de Arabia Saudita condenó a la pena de muerte a 15 de las 32 personas procesadas por supuesto espionaje a favor de Irán, un fallo que previsiblemente elevará las tensiones entre ambos países.
Según la prensa opositora, la mayoría de los encarcelados pertenecen a la minoritaria población chiita que se concentra en la región oriental del reino.
Los veredictos se sustentaron en evidencias que, según el tribunal, probaron que los acusados cometieron delitos de alta traición, además de haber difundido secretos de defensa, tratar de cometer sabotajes y reclutar espías en dependencias gubernamentales.
La fiscalía también les imputó enviar información codificada y apoyar revueltas en el distrito de Qatif, de mayoría chiita, y algunos incluso enfrentaron cargos por haberse reunido con el líder supremo de Irán, ayatolah Alí Khamenei.
De los 32 procesados, todos sauditas excepto un iraní y un afgano, sólo dos -incluido uno de los extranjeros- fueron absueltos y el resto recibió penas de cárcel que oscilan entre seis meses y 25 años, según la gravedad de los crímenes que se les endilgaron.
Activistas de derechos humanos denunciaron que la fiscalía saudita también responsabilizó a los reos de infracciones no reconocidas en la legislación local como apoyar demostraciones, intentar propagar la confesión chiita y dañar la reputación del reino.