Arabia Saudita tiene planeado imponer sanciones económicas y comerciales contra el Líbano, sostiene un medio.
Según informó el martes la página web Middle East Monitor, las autoridades de Arabia Saudí tienen planes para imponer sanciones económicas sobre El Líbano y presionar a este país para limitar el poderío del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
El informe cita al ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, Adel al-Yubeir, quien recientemente alegó que hay una supuesta “presencia negativa iraní” hasta en el sector bancario libanés, por lo que sería necesario imponer sanciones económicas para cortar el acceso de Hezbolá a este sector.
Del mismo modo fuentes libanesas y saudíes citadas por dicha página revelaron que hace un par de días también Arabia Saudí estaba a punto de anunciar que iba a imponer sanciones económicas contra El Líbano, medidas coercitivas sumamente similares a las que fueron adoptadas contra Catar.
No obstante, economistas libaneses citados por este medio descartaron que posibles sanciones saudíes puedan hacer mucho daño a la economía libanesa dado que Arabia Saudí y sus aliados tienen en total un poco más de 160.000 millones de dólares en los bancos libaneses.
Las más recientes tensiones entre Arabia Saudí comenzaron con la renuncia del primer ministro libanés, Saad Hariri, quien desde Riad, la capital saudí, acusó a Hezbolá de interferir en los asuntos internos de los países árabes con el apoyo de Irán aunque ya el martes retiró su renuncia.
Hariri ha desempeñado un papel prosaudí desde que asumió el poder, reiterando acusaciones sin fundamentos contra Hezbolá, como alegar que algunos miembros de este movimiento participaron en el asesinato de su padre, Rafiq Hariri, en 2005.
A su vez, las autoridades de Hezbolá han rechazado rotundamente estas imputaciones y afirman que Hariri sigue los intereses de Riad, un régimen que está enfadado con el movimiento libanés por su apoyo a los avances antiterroristas en Siria.
Basándose en estas acusaciones Riad intentaba ejercer presión sobre Hezbolá y limitar su influencia en El Líbano, algo que no pudo hacer debido a los apoyos de los políticos libaneses a este movimiento de resistencia y la falta de apoyo a Riad.