En el Domingo de Resurrección, último día de Semana Santa, es notorio el patrullaje o alineación de policías, soldados y miembros de otros cuerpos armados frente a los templos de de este país árabe de mayoría musulmana, pero donde están representadas al menos nueve denominaciones cristianas.
Se pudo constatar en un recorrido por varios puntos de Beirut la nutrida afluencia de feligreses a misas oficiadas en recintos católicos maronitas, la mayor secta cristiana del Líbano, católicos melkitas y armenios, y ortodoxos del Oriente, apostólicos u ortodoxos armenios.
En esta nación conviven igualmente cristianos protestantes, asirios orientales, ortodoxos sirios y ortodoxos coptos, estos últimos herederos de la rama nacida en Egipto y que hace justo una semana sufrió sendos ataques terroristas en dos de sus iglesias que dejaron al menos 45 muertos.
A fin de cumplir disposiciones del gobierno del primer ministro Saad Hariri, efectivos del Ejército vestidos de civil se desplegaron entre los fieles, caminaron en procesiones y asistieron a homilías dentro de los templos, mientras en el exterior de éstos era patente la alerta.
Bien en parejas o en cuadrillas de hasta cinco miembros, hombres armados con ametralladoras se apostaban a una distancia prudencial fuera de las iglesias para monitorear los movimientos y detectar cualquier hecho sospechoso entre la multitud.
‘Los enemigos del Líbano son muchos y hemos visto lo ocurrido en Egipto; de ahí que deseemos que todas las fuerzas de seguridad estén en el máximo estado de alerta y disposición’, expresó Hariri durante una visita el sábado a la sede del Ministerio de Defensa.
Durante un intercambio con el titular de esa cartera, Yacoub Al-Sarraf, y el comandante del Ejército, Joseph Aoun, el primer ministro agregó que los terroristas ‘están tratando de cultivar diferencias entre musulmanes y cristianos, y por supuesto, nada tienen que ver con el Islam’.
En otra visita ayer mismo a la sede de la Seguridad General (del Estado), el mandatario también insistió en redoblar las medidas de seguridad en todas las regiones, pero especialmente en torno a lugares de culto con motivo de las vacaciones por Semana Santa y Pascua.
Acompañado del ministro del Interior, Nouhad Mashnouq, Hariri reconoció al director general de la Seguridad General, Abbas Ibrahim, los incesantes esfuerzos por mantener la estabilidad y seguridad de la nación y ‘salvar al Líbano de incidentes similares a los ataques con bombas de Egipto’.
‘Los enemigos son muchos, pero nosotros confiamos y dependemos de Dios y ustedes’, expresó el gobernante a la tropa formada para recibirlo, según reseñaron canales televisivos nacionales.