“Hay también un maratón para formar Gobierno”, ha dicho, agregando que “se está compitiendo por los ministerios”, según ha informado el diario local ‘An Nahar’.
En total, más de 47.200 personas han participado en el maratón por las calles de Beirut, entre ellos 3.500 extranjeros.
Hariri ha mostrado en los últimos días su optimismo respecto a la posibilidad de que el nuevo Ejecutivo sea pactado “pronto”, si bien las principales dificultades giran en torno a la distribución de las carteras de Finanzas, Defensa y Energía.
Sin embargo, en una muestra de que el proceso de formación de Gobierno podría no ser fácil, los parlamentarios del partido-milicia chií Hezbolá decidieron no respaldar su candidatura al puesto de primer ministro.
Hariri fue primer ministro de 2009 a 2011 y su apoyo a Aoun fue fundamental para dar luz verde al nombramiento de éste como presidente, tras más de dos años con la jefatura del Estado vacante por la salida del anterior mandatario, Michel Suleiman.
Los juegos de alianzas políticas en el Líbano habían complicado la sucesión de Suleiman, llevando al país a sufrir el vacío presidencial más largo en su historia, si bien la situación no ha derivado en un conflicto armado, tal y como ocurrió en 1988 y en 2008.
En las dos ocasiones anteriores, las diferencias a la hora de seleccionar al presidente se saldaron con acuerdos regionales, una opción que parecía distante ahora debido a la inestabilidad que sufre Oriente Próximo.
El sistema político libanés contempla que la Presidencia del país debe ser ocupada por un cristiano, mientras que el primer ministro debe ser suní y el presidente del Parlamento, chií.