La renuncia de Hariri ha situado de nuevo al Líbano en el centro de las disputas en Oriente Próximo
El primer ministro libanés, Saad Hariri, ha reaparecido este domingo para anunciar que volverá «muy pronto» al Líbano y ha abierto la puerta a retirar su dimisión, anunciada hace ocho días, siempre que el Líbano mantenga su neutralidad en los conflictos regionales.
«Hay que respetar el principio de disociación», ha planteado Hariri como condición para retirar su renuncia durante una entrevista con la televisión árabe Futuro (propiedad precisamente de Hariri). «Voy a volver al Líbano muy pronto», ha asegurado además, al tiempo que ha subrayado que presentará su dimisión «de una manera constitucional». Hariri dimitió el pasado 4 de noviembre en un mensaje televisado desde Arabia Saudí, lo que desató las especulaciones sobre si estaba retenido y si fue obligado a dimitir. Desde entonces apenas se ha sabido nada sobre Hariri.
Su renuncia ha situado de nuevo al Líbano en el centro de las disputas en Oriente Próximo, azuzando la rivalidad entre el bloque de potencias suní, liderado por Arabia Saudí, y el chií, encabezado por Irán. Este lunes, Arabia Saudí acusó al Líbano de haber declarado una guerra en su contra por las agresiones de Hezbolá, el partido milicia chií libanés apoyado por Irán, unas acusaciones que agudizan la crisis y ponen en riesgo la estabilidad en el país de los cedros.
El repentino anuncio de la renuncia de Hariri también ha alimentado las especulaciones en el Líbano sobre la posibilidad de que le hayan obligado a dimitir y de que haya sido retenido en Arabia Saudí en contra de su voluntad. El Gobierno de Arabia Saudí ha negado que haya estado reteniendo a Hariri.
Hariri, un aliado político de Arabia Saudí, ha abandonado este martes por la mañana a Arabia Saudí y se ha trasladado a Abú Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) para reunirse con el príncipe heredero emiratí, Mohamed bin Zayed al Nahyan, según han informado las cadenas de televisión Future TV –propiedad de Hariri– y Al Arabiya.