Por Ulises Canales
Beirut, 22 nov (PL) El Líbano ofreció a Arabia Saudita garantías de que preservará su identidad árabe y trabajará por consolidar las relaciones bilaterales, disipando preocupaciones del reino sobre una hipotética reaproximación a Irán, comentaron hoy analistas y medios locales.
Analistas políticos y comentaristas de varios canales de televisión locales sintetizaron así el propósito y los resultados de la visita oficial que concluyó anoche a Beirut el príncipe Khaled al-Faisal, gobernador de La Meca y enviado del rey Salman bin Abdulaziz.
Al-Faisal regresó el lunes a Jeddah tras ser agasajado en un banquete por el primer ministro designado libanés, Saad Hariri, muy cercano a Riad y quien ante selectos invitados le remarcó la fortaleza de los vínculos bilaterales.
‘Tenga por seguro que todos los huéspedes vinieron esta noche para decir que las relaciones de El Líbano y su pueblo con el reino de Arabia Saudita son tan profundas y sinceras que nada puede estropearlas. Este es el mensaje real de los libaneses hacia el reino’, dijo Hariri.
Agregó que la visita en vísperas del Día de la Independencia Nacional -que se conmemora este 22 de noviembre- ‘refleja la adhesión de Arabia Saudita a la independencia, soberanía y prosperidad de El Líbano’, pero sobre todo que este país ‘se apega a su identidad árabe’.
‘Estamos comprometidos con todos los temas enarbolados por el reino, empezando por la restauración de todos los derechos árabes a la lucha contra el extremismo y el terrorismo en todas sus formas y nombres’, recalcó durante el ágape en su residencia particular conocida como Casa Central.
El príncipe también fue recibido por el presidente Michel Aoun, cuya ascensión al cargo se la debe al respaldo de Hariri, a pesar de haber sido el candidato del movimiento chiita Hizbulah, aliado de Irán y principal rival político del movimiento Mustaqbal que encabeza el primer ministro designado.
Según coincidieron en reseñar medidos oficiales en Beirut y Riad, Aoun subrayó el interés en mejorar los lazos con el reino wahabita, que los enfrió a comienzos de 2016 tras acusar al gobierno libanés de alineamiento con la república islámica al supuestamente estar sometido a Hizbulah.
El flamante jefe de Estado agradeció ‘las posturas tomadas’ por el rey Salman hacia El Líbano y la atención prestada a los libaneses que -destacó- ‘están trabajando y se mantendrán trabajando por la prosperidad del reino’.
Aoun y Hariri, cada uno a su modo, reafirmaron la vocación y proyección de El Líbano para ‘servir positivamente a las causas árabes comunes’ y prometieron ‘mantener ese destacado rol’, reportó la agencia estatal SPA.
Por su lado, los periódicos libaneses L´Orient Le Jour y An Nahar valoraron el propósito de Michel Aoun de ‘revivir y consolidar’ los lazos con Arabia Saudita, a lo cual ayudó el viaje del consejero del rey, quien fue portador de una invitación de éste al presidente para visitar Riad.
El mandatario libanés prometió realizar ese viaje tan pronto se forme el nuevo gobierno, actualmente en pleno proceso de consultas con líderes políticos de distintas confesiones religiosas, y amenazado por disputas asociadas a reclamos de ministerios.
Khaled Al-Faisal dialogó, además, con el jefe de gobierno en funciones, Tammam Salam, y con el presidente del parlamento y líder del movimiento Amal, Nabih Berri, pero todos coinciden en que la cena junto a Hariri y otros políticos, jerarcas religiosos y ex primeros ministros fue premonitoria.