Cerca de 900 refugiados sirios en el Líbano han empezado este lunes a regresar a la región de Qalamun, situada al noreste de la capital, Damasco, a través del paso fronterizo de Zamarani, según ha recogido el diario libanés ‘An Nahar’.
El grupo, el mayor que regresa a Siria en el contexto de los más de siete años de guerra en el país árabe, ha abandonado la región de Arsal, situada cerca de la frontera.
“Espero reunirme con mi esposa y mis hijos”, ha dicho uno de los refugiados, en declaraciones al citado diario, antes de expresar su “gratitud” al Gobierno libanés por su “hospitalidad”.
El partido-milicia chií libanés –aliado de Damasco en el conflicto– ha prometido trabajar para facilitar el retorno de los refugiados a sus viviendas tras los últimos avances de las tropas gubernamentales en varias zonas del país.
Algunos políticos libaneses, entre ellos el presidente, Michel Aoun, han abogado en varias ocasiones por el retorno de los refugiados a zonas que no estén en conflicto en Siria y han alertado de la presión que supone la situación para el Líbano a nivel económico y social.
De hecho, el Gobierno aplicó medidas contra el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) tras acusar al organismo de intentar disuadir a los refugiados de no volver a su país.
El propio Aoun defendió recientemente que los refugiados sirios en el Líbano podrían empezar un retorno “por fases” a “zonas que ya son seguras y estables en Siria”.
“La mayoría de los desplazados en el Líbano son de zonas que ya son seguras”, dijo, al tiempo que explicó que “los compromisos políticos cambian con los acontecimientos sobre el terreno”.
El Líbano acoge a cerca de un millón de refugiados registrados, según datos de Naciones Unidas, si bien su cifra podría ser mayor, lo que supone alrededor de una cuarta parte de la población total del país.