Las explosiones tuvieron lugar en la Plaza Mazang Deh, donde miles de manifestantes chiitas de la etnia hazara se habían congregado desde la mañana en protesta contra un proyecto de línea eléctrica controvertido.
El portal informativo Amaq, brazo propagandístico de Daesh, reportó que dos de sus miembros detonaron cinturones con explosivos en una reunión de chiitas en Kabul.
Por su parte, el presidente de Afganistán, Ashraf Qani, condenó los ataques y dijo que está profundamente entristecido por los hechos.
Con banderas afganas, paraguas para protegerse del sol y pancartas con el lema “No nos eliminéis”, la marcha convocada por el denominado Movimiento Visionario recorrió varias avenidas de la ciudad en un trayecto que las autoridades habían cercado con la colocación de grandes contenedores.
Los manifestantes coreaban consignas como: “Queremos Justicia” y “Muerte a la discriminación” contra el proyecto que prevé una línea eléctrica de 500 kilovatios desde Turkmenistán a Kabul y que iba a discurrir por la ciudad de Hazara.
La comunidad hazara es la más pobre entre los grupos étnicos en Afganistán, representa aproximadamente 9% por ciento de la población afgana y también es la tercera mayor minoría del país asiático.
A juicio de expertos, Daesh ha ampliado su radio de acción en Afganistán, país extremamente inseguro pese a más de una década de presencia militar extranjera liderada por Estados Unidos con el pretexto de combatir el terrorismo.