En una reunión separada, el jefe de Gobierno libanés dialogó con el ministro qatarí de Relaciones Exteriores, Mohammed bin Abdel Rahman Al-Thani, quien le agasajó con un almuerzo aprovechado para intercambiar puntos de vista sobre la actualidad del Líbano y de Medio Oriente en general.
Al hablar ante académicos, estadistas, gobernantes, líderes políticos, religiosos, activistas sociales y economistas de los cinco continentes que asisten al XVII Foro de Doha, Hariri agradeció la amistad y el respaldo a su país por parte de Qatar y del resto de los que llamó ‘hermanos árabes’.
Explicó que el desarrollo económico del Líbano enfrenta una ‘dificultad especial’ por la presencia en su territorio de 1,5 millones de refugiados y desplazados sirios y casi medio millón de refugiados palestinos.
La sociedad y el gobierno han cumplido sus obligaciones y deberes para con la crisis humanitaria, pero la nación será incapaz de seguir asumiendo tan pesada carga por sí sola, indicó al recordar que la cifra de refugiados es casi la mitad del número de ciudadanos libaneses residentes.
Ese panorama elevó el índice de pobreza al 30 por ciento, duplicó la tasa de desempleo a 20 por ciento y a más del 30 entre la juventud, al tiempo que hace mermar los servicios públicos y la infraestructura, elevando el déficit fiscal con un crecimiento económico que cayó del 8 al uno por ciento, apuntó.
Citó como ejemplo que los estudiantes sirios en escuelas públicas libanesas suman unos 230 mil en comparación con los 200 mil alumnos libaneses, y una presión similar se siente en hospitales, electricidad, carreteras y todos los demás servicios.
Hariri insistió en su gratitud a Qatar y al resto de la comunidad árabe e internacional por apoyar el financiamiento de programas de inversión en infraestructura y servicios públicos.