Por: Courtney Mares
Redacción ACI Prensa
El Patriarca maronita, Cardenal Béchara Boutros, pidió al santo patrón del Líbano, San Charbel, que interceda por el país y lo salve del “colapso total” en medio de una de las peores crisis financieras en décadas.
En su homilía por la fiesta de San Charbel este 18 de julio, el líder de los católicos maronitas del Líbano indicó que busca la intercesión del santo del siglo XIX para que logre “el milagro de nuestra salvación de este colapso total”.
Además, condenó el trabajo de los líderes políticos libaneses por no cumplir con los “deberes más básicos para con su pueblo” y lamentó que la clase política dé prueba tras prueba “cada día de su incapacidad para realizar sus deberes más básicos hacia su gente y el país”.
“Este grupo es incapaz de resolver problemas cotidianos simples como residuos, electricidad, alimentación, medicinas y combustibles, incapaz de combatir la corrupción, facilitar el trabajo del poder judicial, e incapaz de resolver temas como las medidas para abordar reformas importantes”, agregó.
Los comentarios del Cardenal Boutros suceden días después de que el primer ministro del Líbano, Saad Hariri, renunció al no haber podido formar un gobierno durante los últimos nueve meses.
“Es un momento para asumir responsabilidades, no un momento para retirarse”, subrayó el Purpurado. “El país no se enfrenta a una crisis gubernamental ordinaria, sino a una crisis nacional integral que exige esfuerzos concertados de todos”, añadió.
El Cardenal Boutros instó a que “el egoísmo, los intereses y los estrechos cálculos electorales que lamentablemente dominan la mente de la mayoría de la fuerza política, a expensas del interés nacional, deben ser trascendidos”.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, señaló en un comunicado el 15 de julio que la “clase política del Líbano ha dilapidado los últimos nueve meses”.
“La economía libanesa está en caída libre y el gobierno actual no está proporcionando servicios básicos de manera confiable. Los líderes de Beirut deben dejar de lado con urgencia las diferencias partidistas y formar un gobierno que sirva al pueblo libanés. Eso es lo que la gente del Líbano necesita desesperadamente”, indicó.
El Banco Mundial ha descrito la situación financiera actual en el Líbano como uno de los “episodios de crisis más graves a nivel mundial desde mediados del siglo XIX”. Para junio de este año, la moneda del país ha perdido el 90% de su valor desde octubre de 2019.
Los líderes del país no han logrado formar un gobierno para implementar reformas después de la devastadora explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto. La explosión mató a casi 200 personas, hirió a otras 600 y causó más de 4 mil millones de dólares en daños.
El Líbano también alberga el mayor número de refugiados per cápita del mundo, según la ONU. El país acogió a 1,5 millones de sirios, casi la mitad de los cuales no están registrados con estatus legal.
Parte de la población de refugiados ya vulnerable se vio tan afectada por la inflación causada por la grave depresión económica del Líbano que ahora vive en un centro comercial abandonado en las afueras de Beirut.
El Papa Francisco se reunió con el primer ministro del Líbano en abril y expresó su cercanía al pueblo libanés que vive “una época de gran dificultad e incertidumbre”. El Pontífice también organizó un día de oración por el país el 1 de julio, donde líderes católicos y ortodoxos en el Vaticano discutieron la crisis que enfrenta el país.
El Secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Gallagher, confirmó el 7 de julio que el Santo Padre se ha comprometido a visitar el Líbano.
“También ha señalado que visitará el Líbano cuando haya un gobierno. Así que es un gran estímulo para formar un gobierno”, señaló. “Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que haga todo lo que esté a su alcance para ayudar al Líbano en este momento crítico”, agregó.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.