Hasta ahora en las 44 sesiones del Parlamento para designar a un jefe de Estado no había acuerdo | El presidente libanés debe ser un cristiano maronita
Se atisba el fin al vacío presidencial existente en el Líbano desde mayo 2014. Tras más de dos años sin jefe de Estado, el país que limita con Israel y Siria, el próximo lunes 31 de octubre podría elegir al general Michel Aoun, de 81 años, como presidente. El candidato que apoyaba Hizbulah podrá ser elegido después de que el bloque suní que lidera el exprimer ministro Saad Hariri aceptara su candidatura. A cambio, Hariri sería elegido de nuevo primer ministro.
El jefe del grupo chií libanés Hizbulah, jeque Hasan Nasralah, anunció el fin de semana pasado que su grupo parlamentario votaría el próximo 31 de octubre a favor de la elección del general Michel Aoun como presidente de la República, puesto vacante desde el 25 de mayo de 2014 por desavenencias entre las formaciones políticas. “Queremos que la elección presidencial tenga lugar”, afirmó Nasralah en un discurso televisado, en el cual aseguró que los 12 diputados que integran su bloque acudirán al hemiciclo para votar por Aoun.
Hasta ahora, Hizbulah, que lidera la coalición prosiria del 8 de Marzo, había boicoteado, junto a sus aliados, las 44 sesiones celebradas para elegir al jefe de Estado. Nasralah explicó que el apoyo del exprimer ministro libanés Saad Hariri a Michel Aoun “constituye un desarrollo positivo y abre de modo concreto la vía a la celebración de la elección presidencial”.
Saad Hariri, líder de la coalición antisiria del 14 de Marzo, anunció el jueves de la semana pasada que apoyaba la candidatura del general Michel Aoun, jefe del mayor grupo parlamentario cristiano. “Declaro mi apoyo al nombramiento del general Michel Aoun de acuerdo con los puntos que hemos convenido”, dijo Hariri en un discurso en su sede, la Casa del Centro, delante de diputados de su grupo parlamentario y personalidades políticas, pero en ausencia del candidato.
Hariri aseguró que es consciente de que dicha decisión le hace “correr un riesgo político muy grande”, pero se dijo “dispuesto a sacrificar” su popularidad para “no sacrificar al Líbano”. Asimismo, recordó que apoyó con anterioridad al líder de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, y al diputado Suleiman Frangieh -amigo de infancia de El Assad- sin lograr sacar al país del estancamiento en el que se encuentra desde el final del mandato del presidente Michel Suleiman, el 25 de mayo de 2014.
Fuerzas Libanesas también apoyará a Aoun. En principio, el líder druso Walid Yumblat y su grupo parlamentario, así como el partido Kataeb (falangistas cristianos) y varios diputados independientes se oponen a la elección de Aoun.
Asimismo, Nasrralah aseguró que su alianza con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, y el movimiento que este lidera, Amal, es “extremadamente fuerte”, después de que Berri haya expresado su oposición a la elección de Aoun. Nabih Berri, miembro del grupo prosirio 8 de Marzo, anunció que su bloque político votará en contra del general.
En Líbano, tras la elección de un presidente se debe consultar con los miembros del parlamento la elección de un primer ministro con el encargo de que forme gobierno. En una declaración al diario libanés As-Safir este lunes, Berri aseguró que pese a que Aoun obtenga la presidencia el próximo lunes la formación de gobierno podría tardar entre cinco y seis meses.
Nasralah afirmó que no se opondrá a que Hariri sea nombrado primer ministro de nuevo, puesto que el líder de la coalición antisiria del 14 de Marzo tuvo que abandonar en enero de 2011, cuando los aliados de Hizbulah en el Gobierno dimitieron. Ocupaba el cargo desde 2009. El líder chií descartó que el Líbano pueda regresar “al desorden o a la guerra civil”, que vivió el país entre 1975 y 1990.
El sistema político de poder compartido en Líbano
En Líbano, el sistema político de poder compartido (consociativismo) dicta que el presidente debe ser cristiano maronita (iglesia católica oriental); el primer ministro, suní; y el presidente del parlamento, chií.
Los artículos de la Constitución estipulan que en caso de vacío presidencial por muerte, dimisión o cualquiera otra causa, el Parlamento se convierte en un órgano electoral que debe elegir, sin plazo ni debate, un jefe del Estado.
El Parlamento se ha reunido 44 veces para elegir un nuevo presidente, pero sólo hubo votación en la primera sesión una vez, cuando ninguno de los tres candidatos obtuvo el voto de las dos terceras partes de los 128 diputados. En el resto se sesiones se dio falta de quórum por el boicot de los diputados de las Fuerzas del 8 de Marzo, lideradas por Hizbulah. La próxima sesión parlamentaria está prevista el 31 de octubre.
No es la primera vez que el Líbano se encuentra sin presidente. En 2007, al finalizar el mandato del entonces presidente Emile Lahud, el país vivió una situación similar, que en aquella ocasión se prolongó ocho meses hasta que reunidos en la capital catarí, los parlamentarios eligieron al general Michel Suleiman como candidato de consenso.
En las tensiones regionales, Irán gana a Arabia Saudí
Más allá de la falta de acuerdo en las filas cristianas para elegir a su candidato, en todo esta crisis institucional también intervienen factores externos. Mientras que Hizbulah lidera la coalición prosiria, Hariri encabeza un movimiento antisirio dentro del país.
El economista libanés, exministro y especialista en Oriente Medio Georges Corm, explicaba a Efe en mayo, cuando se cumplieron dos sin presidente, que había un importante factor externo que contribuía al bloqueo: “la gran rivalidad entre Arabia Saudí -que ha vetaba la candidatura de Michel Aoun- e Irán, que a través de Hizbulah mantiene su apoyo a dicha candidatura”.
Un dilema para Estados Unidos: la ayuda militar a Líbano
El ejército del Líbano es el quinto mayor receptor de ayuda militar de Estados Unidos, según Reuters . Y es más dependiente después de que hace unos meses Arabia Saudí suspendiera su apoyo militar de 3.000 millones de dolares por la no condena del gobierno a los ataques a las sedes diplomáticas de Riad en Irán, cuando a principio de año hubo un gran conflicto a cara descubierta entre ambos países y que se rompieran las relaciones comerciales tras la ejecución de un clérigo chií junto a otras 46 personas.
Aoun es el candidato de Hizbulah y Hizbulah apoya a El Asad en Siria y está en la lista de organizaciones terroristas para Estados Unidos. Seguro que desde Washington estarán atentos a los movimientos del próximo presidente libanés.
Hariri se expone a las críticas de la comunidad suní por aliarse con Hizbulah
Hariri, por su parte, se expone a las críticas de la comunidad suní tras aceptar al candidato de Hizbulah, cuyo grupo fue señalado por el Tribunal de la ONU Especial para el Líbano (TEL) como responsable de la muerte de su padre, el ex primer ministro libanés Rafik Hariri en un atentado con coche bomba en Beirut en 2005. También se señaló a Siria como responsable de este atentado. Uno de los señalados fue el jefe militar de la milicia chií, Badredín, que murió en Siria hace unos meses en extrañas circunstancias, lo que levantó sospechas de que se tratara de un trabajo interno de la propia milicia. Siria y Hizbulah han negado en repetidas ocasiones la autoría de la muerte de Hariri.
La muerte de Hariri provocó un gran revuelo internacional que acabó con la retirada forzada de miles de soldados sirios de Líbano en abril de 2005, poniendo fin a casi tres décadas de dominio militar en el país. Siria ha negado cualquier implicación en la muerte del ex primer ministro.
Aoun volvió a Líbano tras unos años en el exilio y la marcha de Siria en 2005 y en 2006 se alió, sorprendiendo a muchos, con Hizbulah.
Badredín y otros cinco miembros de Hizbulah fueron acusados por el Tribunal Especial para Líbano, auspiciado por Naciones Unidas, de estar implicados en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, en febrero de 2005.