Beirut, 12 jul (PL) Apoyado en viejos nexos que datan de la época colonial, el canciller de Francia, Jean-Marc Ayrault, sostiene hoy aquí reuniones con autoridades políticas de El Líbano para intentar persuadirlas de la necesidad de garantizar la estabilidad nacional.
El ministro galo de Relaciones Exteriores, que llegó ayer a Beirut en una visita oficial de dos días, dialogará por separado con el presidente del parlamento libanés, Nabih Berri; el primer ministro, Tammam Salam; su homólogo, Gebran Bassil, y políticos de los principales partidos.
Para diputados del movimiento Futuro, de tendencia pro-occidental y más afín a París, la visita de Ayrault “confirma la posición internacional en términos de respaldo a la estabilidad de El Líbano”, sobre todo ante el innegable impacto del conflicto armado sirio en este país.
En opinión del parlamentario Khoder Habib, el viaje del jefe de la diplomacia francesa es “muy importante”, en tanto instará a sus interlocutores a hallar una solución al vacío existente en la jefatura del Estado desde el 25 de mayo de 2014.
Al respecto, a su arribo el lunes a suelo libanés Ayrault inspeccionó el contingente militar francés en Naqoura, en el sur de esta nación árabe, y subrayó la conveniencia de “aislarla” de las consecuencias de la guerra que devasta a Siria desde 2011.
Fuentes de la cancillería libanesa indicaron a Prensa Latina que en la rueda de prensa conjunta con el ministro Bassil, el titular visitante ratificará la posición de París favorable a un acuerdo que involucre a la mayoría de fuerzas políticas para elegir al presidente.
“Es urgente llegar a una solución para la crisis institucional que está afectando a El Líbano”, indicó Ayrault al periódico local An Nahar, al tiempo que recalcó que “la responsabilidad de solucionar (el asunto) recae en los políticos libaneses con el apoyo de los socios regionales” del país.
En ese sentido, destacó que su país está en “contacto permanente con Irán y Arabia Saudita”, dos países de Medio Oriente con incuestionable influencia en las fuerzas rivales libanesas, aunque sus respectivos gobiernos niegan cualquier interferencia en los asuntos internos de este país.
Su viaje se produjo justo después de reuniones mantenidas por funcionarios franceses y por él en París con su par iraní, Mohammad Javad Zarif, y con el segundo heredero saudita, príncipe Mohammed bin Salman, y el ministro de Relaciones Exteriores del reino árabe, Adel al-Jubeir.
De acuerdo con Ayrault, funcionarios galos enfatizaron continuamente en la necesidad de poner fin a la crisis libanesa durante sus reuniones con autoridades iraníes y sauditas.
“Todas las partes influyentes deben entender que es de su interés acabar la crisis, la cual finalizaría el vacío presidencial y permitiría a las instituciones libanesas retomar sus funciones”, comentó el canciller.
Por otro lado, deploró que “algunas partes” estén obstruyendo el proceso electoral al bloquear las votaciones en el parlamento para el jefe de Estado, un comentario con velada crítica al movimiento chiita Hizbulah.