El papa Francisco lanzó este jueves un sentido mensaje de paz y esperanza para el “pueblo desilusionado y cansado” de Líbano, al término de la jornada de reflexión y oración en el Vaticano con los líderes cristianos de esa nación azotada por la crisis económica y política.
“Hemos querido acompañar el grito de dolor del pueblo libanés, decepcionado y agotado, necesitado de certidumbre, esperanza y paz”, reconoció el pontífice en su discurso pronunciado desde la basílica de San Pedro.
“Ese querido país, tesoro de civilización y espiritualidad, que a lo largo de los siglos ha irradiado sabiduría y cultura, que es testigo de una experiencia única de convivencia pacífica, no puede quedar a merced del destino o de quienes persiguen sin escrúpulos sus propios intereses”, advirtió.
“Porque Líbano es un pequeño gran país, pero es más que eso: es un mensaje universal de paz y fraternidad que se eleva desde Medio Oriente”, explicó.
El papa argentino invitó a todos los líderes cristianos de Líbano para un acto emblemático en el Vaticano con el fin de encontrar una salida pacífica para ese país clave para la estabilidad en Oriente Medio.
Los nueve líderes religiosos cristianos, ya que uno no pudo llegar, debatieron sobre el futuro del país, al borde del colapso social y económico y sin gobierno desde agosto del 2020.
La crisis en Líbano se agravó además con las explosiones en agosto del 2020 en el puerto de Beirut que devastaron parte de la ciudad.
Los asistentes, que se alojan en la Residencia Santa Marta, donde vive el papa, oraron en la basílica de San Pedro, antes de las tres sesiones de trabajo a puerta cerrada coordinadas por el nuncio en Líbano, Joseph Spiteri.
– ¡Basta utilizar al Líbano! –
En la tarde, después de una oración ecuménica “por la paz”, salpicada de textos en árabe, siríaco, armenio y caldeo, Francisco pronunció su esperado discurso final, durante el cual lanzó también un vehemente “basta” contra el uso y abuso que se hace de Líbano.
“¡Basta de utilizar al Líbano y al Medio Oriente para intereses y beneficios ajenos!”, clamó.
“¡Basta del beneficio de unos pocos a costa de la piel de muchos!”, lamentó.
En su discurso, el líder de la iglesia católica reiteró que ese país ha sido históricamente “tierra de tolerancia y pluralismo”, que “ha sabido construir cimientos compartidos, viendo en la diversidad no obstáculos sino posibilidades” y condenó lo que llamó “las injerencias indebidas”.
“Que cese el rencor, desaparezcan las discordias y Líbano vuelva a irradiar la luz de la paz” concluyó.
El papa manifestó su deseo de visitar Líbano como anunciado en abril al primer ministro designado de Líbano, Saad Hariri y no se descarta tampoco que viaje a finales del 2021 o a principios del 2022, como gesto de cercanía.
Líbano atraviesa la peor recesión desde la guerra civil de 1975-1990, con más de la mitad de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza.
La emigración de los jóvenes y la repercusión de la actual crisis en escuelas, hospitales, familias y la seguridad alimentaria fueron algunos de los temas abordados durante el encuentro en el Vaticano, según adelantó el obispo maronita Samir Mazloum, ex vicario apostólico de los maronitas en Europa, entrevistado por la AFP.
Entre el 50 y 60% de los jóvenes vive en el extranjero, la población está formada por ancianos y niños, reconoció el religioso al hablar del desempleo, así como de la caída histórica de la moneda libanesa.
Entre los dignatarios invitados por el Vaticano figura el patriarca maronita Bechara Boutros Raï, al frente de la mayor comunidad cristiana de Líbano, quien no cesa de denunciar la corrupción de la clase política.
“La reunión constituye un paso importante para ayudar al Líbano a seguir siendo la patria de la asociación islámico-cristiana”, comentó el religioso al periódico libanés L’Orient-Le Jour.