En Argentina.
Cuando se habla de los descendientes de sirios y libaneses en Argentina, se los suele asociar con el Noroeste. Las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y La Rioja (provincia de origen del ex-presidente Carlos Menem), son citadas muy a menudo al hablar de la comunidad árabe. En efecto, fueron numerosos los inmigrantes del Levante que se establecieron allí ; sin embargo no hubo más en estas provincias que en la de Santa Fe. La diferencia es que las otras colectividades no avanzaron tanto a las provincias del Noroeste. De los cuadros de distribución espacial de los inmigrantes realizados por Jorge Bestene a partir de los censos nacionales de 1895, 1914 y 1960 se desprende que los turcos se dispersaron en todo el territorio. Mientras que los inmigrantes de otro origen se quedaban principalmente en la zona de arribo, ellos fueron hasta las provincias más alejadas del puerto. De esta distribución resultó que los turcos, que eran inferiores en número a los españoles e italianos en el país, en las provincias del noroeste alcanzaban el mismo número.
En la ciudad de Rosario
La distribución espacial de la colectividad de origen árabe en Rosario es peculiar. Sin abordar los lugares de residencia -sobre los cuales no existen datos- las instituciones y los comercios se concentran en un pequeño radio.
La calle San Luis de Rosario es característica por su perfil comercial, compuesta de tiendas casi exclusivamente pertenecientes a descendientes de sirios, libaneses y personas de religión judía. Esta especificidad data de la época de llegada de los primeros inmigrantes de estos orígenes. Su convivencia de varias décadas está ahora simbolizada en esta misma calle por la obra de Capman antes mencionada
Las instituciones religiosas y socioculturales de los árabes están esparcidas en una zona contigua a la calle San Luis. Esta estructura del espacio data de la época de creación de las asociaciones y se mantiene en la actualidad. El testimonio de una inmigrante judía, Victoria Abiad, de origen árabe, nos proporciona datos importantes acerca de la convivencia de los árabes de varios credos religiosos, de la configuración del barrio y de los hábitos lingüísticos.
Las instituciones sociales
La necesidad de reencontrar sus orígenes es consustancial del ser humano .
Según Saad Chedid, esta búsqueda es mayor en Argentina :
« Ces derniers temps, la société argentine et en particulier les jeunes descendants d’immigrantes découvrent le besoin de chercher leurs racines. Découvrir leurs racines est devenu pour eux une sorte d’obsession qui éxige une véritable introspection. Journaux et revues, programmes de radios et de télévisions soulèvent le problème de la quête des racines toujours en référence aux différents groupes d’immigrants. »
Las instituciones socioculturales constituyen un ámbito donde preservar el vínculo con el pasado. En la mayoría de los argentinos, no obstante, sus raíces tienen diversos orígenes. Dimas Chantiri es hijo de un libanés y de una argentina de ascendencia italiana y criolla, y Munir Nellmeldin de un padre argentino de origen libanés y de una madre argentina de origen alemán. Ambos se aproximaron a la Sociedad Libanesa atraídos por el exotismo estereotipadamente asociado a los países árabes desde la perspectiva occidental. Para Dimas Chantari la cultura italiana no difiere tanto de la argentina ; es más llamativa, más extraña, la libanesa.
Pero ¿ cuál es esta cultura de la que hablan ?
Ana Vásquez la define :
La « culture d’origine », se réfère donc aux valeurs et pratiques d’un groupe donné, telles qu’elles étaient, quand les individus et les groupes ont émigré, et telles qu’ils se les représentent à un moment donné de leur transplantation.»
Los fundadores de la Sociedad Libanesa, en 1928, y los del Club Social Argentino Sirio –que ya eran argentinos descendientes de sirios- en 1946, fueron los promulgadores de esta « cultura de origen ». Instauraron los hábitos que conocieron ellos o sus padres en su tierra natal. Los trasmitieron a sus hijos con cierta nostalgia pero simultáneamente acostumbrándose cada vez más a las prácticas locales, teñidas de influencias múltiples.
En la actualidad, la comisión directiva en ambas instituciones está reservada a descendientes de sirios o libaneses pero todos los argentinos pueden participar en las actividades que se realizan allí. Éstas son de variada índole : se practican tanto las danzas de origen árabe como el fútbol o el taekwondo. En ambas se dan clases de árabe.
Argentina es el país que los acogió a pesar de sus diferencias, que permitió a muchos construir una familia y establecerse en condiciones comparativamente mejores que en sus países de orígenes. Festejan los días de la independencia del Líbano y de Siria tanto como los festivos nacionales argentinos. La Sociedad Libanesa celebra el Día Mundial del Emigrado Libanés, fecha que los une con la colectividad en diáspora. Un acontecimiento métisse que tiene lugar en Rosario muestra este apego a los dos territorios:
Tanto la sociedad libanesa como sus integrantes están plenamente insertados en la comunidad rosarina. Así, podemos destacar que el aniversario de la fundación de la institución y el aniversario de la Independencia del Líbano, anualmente se festejan con diversos actos, siendo de resaltar que para este último evento se iza la bandera del Líbano en el mástil escolta del Monumento Nacional a la Bandera.