Documento de Propuestas Cristianas Libanesas Rabieh-03 de Diciembre 2007

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Dado que el Líbano sin sus cristianos no es un país, tampoco lo es sin sus musulmanes,

Dado que el “Líbano País Misión” es una responsabilidad islamo-cristiana común,

Dado que el Líbano es catalizador de los diálogos entre las civilizaciones y  amortiguador de sus conflictos,

Dado que el ataque contra los cristianos colocó al Líbano en un proceso depresivo que implica corregir los desequilibrios y abordar las raíces de la crisis, y no sus aspectos externos,

Dado que los que se negaron en el pasado a la creación de un Líbano cristiano aislado de su ambiente, esperan a que sus socios se nieguen a su vez a la creación de un Líbano islámico en contradicción a su especificidad,

Dado que los cristianos no tienen otra alternativa que la de integrarse en su entorno, y fraternizarse en el seno de su sociedad, preservando siempre su personalidad, y su identidad cultural arraigada en el Oriente y vuelta hacia  Occidente,

Dado que la coexistencia es más que una cohabitación forzada, es un paso hacia la “Ciudadanía”, y un conjunto de derechos y deberes que las comunidades religiosas los abrazan voluntariamente, una vez tranquilizadas sobre su estabilidad y su futuro,

Y tras un sereno y reflexivo análisis de la realidad nacional y cristiana, después de sacar las conclusiones y haber aprendido de las experiencias históricas, y después de hacer las consultas con el General Michel Aoun a raíz de la crisis de vacancia de la presidencia de la República, anunciamos las siguientes propuestas cristianos libanesas:

1- En materia de existencialismo:

Los cristianos se inspiran en la Exhortación Apostólica, en el llamado del Sínodo y en los Preceptos de la Iglesia. Son una fuerza fundadora y permanente en el Líbano. La libertad, la diversidad y la aceptación del otro son características culturales propias del Líbano. Los fundamentos principales del Líbano dictan que no puede estar “a merced de una ideología de una mayoría”, todo lo contrario, se rige por una fórmula de asociación, equilibrio y democracia consensual.

Como los cristianos llaman a la fraternidad y a la cohesión en el seno de su
comunidad, buscan también comunicarse y abrirse a las demás comunidades,
rechazando la política de ejes regionales e internacionales y toda forma de inferioridad, sumisión o vasallaje, aspirando siempre a consolidar la unidad nacional y la paz civil, buscando la amistad de todas las naciones y de todos los pueblos.

Este papel activo es el garante de su existencia y el de su salvaguardia. Los cristianos de Iraq y Palestina no son que la triste prueba de que solo la existencia en si es la vía de su desaparición, por lo tanto, los libaneses en general, y los cristianos en particular, están llamados de forma sincera a una lectura minuciosa del “Documento de Entendimiento” entre la Corriente Patriótica Libre y Hezbollah.

2- La crisis de los cristianos y su situación actual

Puesto que el ataque contra los cristianos por su existencia, su papel y sus derechos, constituye un atentado contra la unidad y singularidad del Líbano, nuestra atención se centra en su marginalización, en particular en el tema del desequilibrio demográfico resultante del decreto de naturalización, de la emigración, del desplazamiento y de la incapacidad de algunos cristianos de recuperar su nacionalidad; añádele su mala representación en el parlamento consecuencia de las leyes electorales injustas, su participación decorativa en el seno del gobierno, de la administración pública,  y en los cuerpos de seguridad y justicia; amén de las campañas de persecución y violación de sus libertades, y los abusos sufridos por ellos en lo económico, social y cultural.

La crisis existencialista de los cristianos en el Líbano agravada ahora por la vacancia en la Presidencia de la República, en su esencia está vacante desde hace dos décadas; de hecho se remonta al año de 1969 con el inicio de la desintegración del Líbano como Estado, Régimen y Nación.

La crisis actual en realidad no es sino la extensión de la crisis del periodo de la tutela siria, donde los cristianos fueron la punta de lanza en oponerse a esta tutela, y pagaron alto precio por recuperar la independencia y la soberanía. Ellos creyeron que la desaparición de esta tutela constituiría un paso hacia la realización de una verdadera Asociación por un lado, y la edificación del Estado por el otro.

Nada de esto ocurrió, más bien todo lo contrario. Hubo ferocidad en la falsificación de su voluntad debido a las elecciones parlamentarias de 2005, donde fue disuelto el Consejo Constitucional, ente encargado de decidir sobre las invalidaciones legítimas de un número de escaños, y luego apartaron a sus verdaderos representantes en la formación del gobierno, para terminar este espectáculo con la pérdida de legitimidad de este gobierno debido a la renuncia de sus ministros chiitas.

Mientras que los dos liderazgos sunitas y chiitas accedían respectivamente a la presidencia del Gobierno y a la Cámara de Diputados, las injerencias extranjeras unidas a las influencias internas jugaban un papel determinante en negar este mismo derecho a los cristianos. Era el preludio de unas políticas y objetivos extraños buscando como aniquilar los últimos bastiones de resistencia y oposición, y no dar importancia al interés nacional libanes, lo que es considerado hoy día la esencia de la crisis de la elección presidencial, con el riesgo añadido de ver los libaneses no darse cuenta de este peligro sino demasiado tarde.

3- Reglas y normas democráticas en el entorno cristiano:

El pensamiento unilateral que fracasó en el mundo entero, a diferencia de lo que algunos cristianos creen, considerándolo como fuente de poder, queda el verdadero peligro para ellos.

De allí surgen los dos principios, dos reglas y una autoridad, los cuales debieran  regir las relaciones entre las partes cristianas:

El primer principio es considerar la diversidad intelectual, política, partidista y no partidista, como una característica que hay que preservar.

El segundo principio es el reconocimiento del otro y de una mayoría y
minoría, ambas comprometidas en respetar las bases de la democracia y la alternancia del liderazgo político.
La primera regla consiste en reconocer el derecho de la mayoría en asumir el liderazgo político.

La segunda regla le da el derecho a la minoría optar por unirse a la mayoría de forma proporcional a su representatividad, o formar una oposición que se encarga de hacer frente a los errores de la mayoría, y proponer alternativas en el marco del proceso democrático.

Queda Bkerke la “Autoridad Garante” que vela por la aplicación de sus reglas. La Iglesia, siendo una “Alta Autoridad”, Bkerke era y sigue siendo la indiscutible “Autoridad Religiosa Nacional”. Para preservarse de este modo, no debe permitir sea usada como autoridad concurrente o paralela a la autoridad política. Ella debe  rechazar tomar parte en las tensiones políticas en consonancia con la Exhortación Apostólica que establece literalmente en el párrafo 112: “… no está permitido a Bkerke involucrarse directamente en la vida política, porque de hecho no tiene soluciones técnicas…, y no propone sistemas ni programas económicos ni políticos, tampoco debe manifestar preferencia para uno u otro… sin embargo, el deber de la iglesia incumbe recordar incansablemente los principios que solo pueden garantizar una vida social armónica …”.

A la sombra de esta ecuación, toda discusión sobre una división entre los cristianos sería un proceso autodestructivo a su existencia y su entidad política.

4– Reglas y normas de la democracia en el Líbano.

En el momento cuando todos aspiramos a una sociedad donde la ciudadanía es la base de pertenencia al Estado, y no la pertenencia religiosa o comunitaria,
la realidad del sistema político libanés basado en el reconocimiento de los derechos de cada comunidad, supone que habrá que respetar los principios de la democracia competitiva sencilla en el seno de una misma comunidad religiosamente homogénea, y de la democracia consensual dentro una comunidad heterogénea más grande y religiosamente diversa. Lo que hace por ejemplo, que el presidente sea un producto cristiano requiriendo una aceptación nacional. Son precisamente los casos de países con diversidad tales como Suiza o Bélgica y otros.

En ambos casos, los cristianos no deberían ser cuestionados ni castigados como comunidad política por la elección de sus dirigentes políticos, pero si deberían ellos juzgar a estos dirigentes por sus opciones y actuaciones políticas.

5- Reestructuración de la sociedad y la economía

La reestructuración de la clase media es la base de la resurrección del Líbano
y la de sus cristianos. Esto requeriría centrar los esfuerzos y las energías y mostrar más solidaridad y fraternidad comunitaria en las áreas de educación, enseñanza, salud y vivienda, para lograr mayor justicia social. Del mismo modo, convendría dar mayor importancia a una amplia descentralización, al desarrollo equitativo y duradero, y un especial interés, a la fuga de cerebros con el propósito de encontrar soluciones modernas.

6- La construcción del Estado.

La reforma y la lucha contra la corrupción constituyen la piedra angular de la construcción de un Estado fuerte y justo capaz de imponer el imperio de la ley,  tranquilizar a sus ciudadanos, y beneficiarse de las características de cada uno de sus componentes.

Los cristianos rechazan el principio de “seguridad propia” que lleva dentro de sí las semillas de división y fragmentación del país. Proponen en cambio la adopción de una estrategia de defensa nacional capaz de conferir la inmunidad al Líbano, y la estabilidad necesaria para constituir una fuerza disuasiva contra los enemigos y los agresores; extender el poder del Estado a todo el territorio nacional, y preservar la soberanía y la independencia del Líbano contra toda intervención extranjera.

7- Los peligros inminentes

Dos peligros amenazan al Líbano y a sus cristianos: el de la implantación de los palestinos en su territorio que cambiaría la ecuación demográfica basada sobre un delicado equilibrio ya precario, donde el Líbano careciendo de recursos, y con una densidad de población la sexta en el mundo, intenta preservarse a través de la emigración de sus hijos al extranjero, por lo tanto le resulta imposible absorber un mayor excedente humano.

El segundo peligro es el “excedente de dinero” reflejado en la compra masiva de las tierras cambiándole su identidad, colocando al Líbano una vez más en la esfera de una nueva tutela, violando los principios de la soberanía y la Libre Decisión Nacional.

A estos dos peligros se suma la carga de la deuda pública que supera con creces la capacidad del Líbano para cumplir con sus compromisos, y los temores de tener que negociar con la implantación de los palestinos, o cualquier otro proceso, en contra del interés nacional.

8- Las reivindicaciones inmediatas

  1. Adoptar el principio de reciprocidad y lograr la justicia política como base esencial para el equilibrio de poder.
  2. Rehabilitar el cargo de la presidencia de la República garantizando las calificaciones propias y representativas del presidente, y aclarar algunas de sus prerrogativas.
    III. Promulgar una ley electoral justa (basada en la pequeña circunscripción) asegurando la buena representatividad, y garantizando la participación igualitaria.
  3. Remediar el desequilibrio ocurrido en la representación de los cristianos en el
    seno del gobierno, en la administración y en los cuerpos de seguridad y justicia.
  4. Cerrar de una vez el expediente de los cristianos desplazados de la montaña, los refugiados en Israel y los desaparecidos en Siria.

9- La misión de los cristianos en el Líbano

La crisis que enfrentan hoy día los cristianos deriva en buena parte de la mala impresión que se materializó en ellos, en su entorno y en Occidente, de que su
existencia y su misión no tienen más razones de ser en la era de la globalización, y en el encuentro directo entre el Oriente y el Occidente. Siendo la realidad otra, ya que el encuentro de dos mundos en la costa oriental del Mediterráneo, y desde hace algunos años, ha desembocado en un choque y no un diálogo.

Esta realidad fue violenta, exclusiva, intolerante y no interactiva. Las razones son dobles: por un lado, la ausencia de una solución justa a la causa palestina, y por el otro, el fracaso en difundir la democracia y los Derechos Humanos en esta región del mundo.

La presencia y la misión de los cristianos en el Líbano constituyen la mejor solución a adaptar a estos dos retos, porque sólo esta presencia libre capaz de fraternizarse en armonía con las otras comunidades religiosas, puede proporcionar el modelo práctico cultural y social requerido.

  1. El camino de la salvación

Los cristianos deben recordar que la espera es una muerte lenta; que testificar por la verdad y sostener la esperanza están en el corazón mismo de su fe, y que la manera de convertir este proceso depresivo y desintegrador en un proceso correctivo y resurreccional, es pasar del estado de objeción  y oposición al acto de  resistencia política trascendental, garantía única de su existencia y su función.

Si la presencia libre de los cristianos es un asunto planteado por ellos mismos, también, y en la misma proporción, es un gran desafío histórico planteado a sus pares musulmanes, siempre cuando estos deseen que el país siga siendo lugar de encuentro, diversidad y diálogo, comprobando así que el Islam es una religión de misericordia, tolerancia y aceptación del otro.

General Michel Aoun