Un comité ministerial del gobierno israelí, el 13 de noviembre de 2016, aprobó dos proyectos de ley: uno fue la prohibición de la llamada a la oración musulmana – el Adhan- a través de los altavoces en algunos barrios y segundo fue la legalización de los asentamientos israelíes construidos sobre tierras privadas palestinas en el territorio ocupado de Cisjordania.
Según un informe del diario israelí Haaretz, este comité aprobó un proyecto de ley que fue planeado por Moti Yogev, del partido ultraderechista Hogar Judío, y otros representantes derechistas. Este proyecto fue aprobado el miércoles por el Parlamento israelí (Knesset). A base de estas leyes, los israelíes alegan que sus colonos sufren del ruido que se produce el sonido de Adhan y por eso lo han prohibido.
También, de acuerdo con esta ley, los agentes de policía israelí pueden castigar a cada persona que infringe esta ley. Además, Ayelet Shaked, otro miembro del partido Hogar Judío, ha presentado un proyecto de ley que legaliza los asentamientos ilegales construidos en Cisjordania, mientras que más antes el fiscal general de Israel, Avichai Mendeblit, se había opuesto a este proyecto.
Objetivos de la legalización de los asentamientos
Los israelitas han aprobado este nuevo proyecto de ley para mejorar la situación de sus asentamientos ilegales construidos en Cisjordania y los territorios ocupados palestinos. Este proyecto ignora la propiedad palestina de estos territorios y enfatiza que los colonos no tienen que abandonar estas viviendas ilegales y podrán quedarse en sus casas pagando una compensación a los palestinos.
Asimismo, esta ley subraya si los palestinos logran probar su propiedad de estos territorios ocupados, podrán elegir entre las siguientes opciones: recibir una compensación del valor de su tierra o tener a cambio, una parcela de tierra en algún otro lugar.
A pesar de que el gobierno israelí alega que está tratando de resolver las divergencias existentes respecto a la construcción de los asentamientos ilegales, la verdad es que este proyecto de ley solo allana el terreno para más avances dentro del territorio palestino a través de legalizar las construcciones ilegítimas. De este modo, los colonos siguen construyendo y así hacen enfrentar los palestinos con las autoridades israelíes para que reciban una compensación a cambio de sus tierras.
El mencionado proyecto de ley también transmite este mensaje a los palestinos, así como la opinión pública que las zonas en disputa ya no se consideran como “territorios ocupados” y que hay posibilidad de llegar a un acuerdo para entregarlas a los israelís. Este mensaje contradice totalmente la versión de los palestinos y de la comunidad internacional sobre la ilegalidad de edificar los asentamientos en Cisjordania.
Se puede decir que este nuevo paso es otra medida hacia la creación de “la Nueva Jerusalén” que tiene como objetivo continuar la construcción de asentamientos para evitar la formación de un estado palestino independiente.
El nuevo acto del gobierno de Israel, en momentos en que EEUU va a tener un nuevo presidente, muestra que los israelís ya han comenzado a sabotear cualquiera posibilidad de reanudar las conversaciones de paz para una solución de dos estados.
Por otra parte, se puede evaluar la indicada medida como un intento por parte de Israel para institucionalizar el principio del “intercambio de tierras”, que reconoce a este gobierno como un Estado judío y elimina cualquiera oportunidad y derecho al retorno de los desplazados palestinos. Al mismo tiempo, podrá aprovechar esa oportunidad para declarar la mayor parte de los asentamientos como su propio suelo.
Por fin, la aprobación de nuevas leyes se lleva a cabo mientras que se celebrará a principios del próximo año una conferencia internacional en París sobre el conflicto palestino-israelí, así que el gobierno de Tel Aviv con tales medidas intenta dar a conocer que en este evento no se presenta ninguna propuesta viable para solucionar el conflicto histórico en esta región.