Durante la operación en el poblado de Al-Swairi, en la región oriental de la Bekaa, los agentes apresaron a 33 migrantes, incluidos 12 niños menores de cinco años, por ‘entrar ilegalmente a los territorios libaneses’, y los ‘remitió a las autoridades competentes para las medidas apropiadas’.
Una unidad de las Fuerzas Armadas peinó al amanecer de hoy campamentos de refugiados sirios en Brital, también en la zona este, y capturó a 50 personas que ‘no pudieron proveer los documentos de residencia legal’, además de confiscar 20 motocicletas y vehículos, indicó la agencia NNA.
Con esas operaciones se cerró una semana de fuerte polémica en esta nación árabe por la situación de los refugiados y el arresto de unos 355, de los cuales cuatro fallecieron mientras estaban detenidos ‘debido a problemas crónicos de salud agravados por condiciones del tiempo’, según se informó.
Esas personas fueron apresadas el 30 de junio en incursiones en los campamentos Al-Nour y Qariya, en la localidad limítrofe de Arsal, durante las cuales una niña siria murió y siete soldados libaneses sufrieron lesiones por cinco suicidas que se inmolaron y un sexto que lanzó una granada.
Las acciones posteriores generaron acusaciones de abuso por la difusión de fotos de soldados custodiando a detenidos sirios tirados en el suelo con las manos atadas a la espalda.
El Ejército negó los abusos, pero ciberpiratas sirios los denunciaron en páginas web de diarios e instituciones estatales.
En medio de esa situación, el palacio presidencial de Baabda negó hoy reportes que aseguraban que el jefe de Estado libanés, Michel Aoun, había encargado a un ‘enviado presidencial’ para negociar con el gobierno de Bashar Al-Assad el retorno de los inmigrantes sirios.
‘El presidente no hizo tal encargo a nadie. Está aún estudiando el caso para determinar la solución más apropiada’, refirió una fuente oficial.
Aoun también generó polémica a raíz de las redadas en Arsal al advertir también contra ‘la transformación de los campamentos de refugiados sirios en incubadoras para terroristas’, y urgir al mando militar, a las fuerzas de seguridad y a la población a cooperar contra el delito.
El primer ministro y líder del movimiento Mustaqbal, Saad Hariri, señaló que la comunicación con Damasco ‘es un tema de desacuerdo’ y abogó por el retorno de los refugiados ‘lo antes posible’.
Reportes difundidos aquí apuntaron a que el gobierno se inclinada por encargar al jefe de la Seguridad General, mayor general Abbas Ibrahim, para ‘coordinar políticamente’ con el gobierno sirio sobre el asunto de los refugiados ‘no en virtud de su cargo, sino como enviado presidencial’.
Ibrahim afirmó ayer que ‘estaba a disposición de la autoridad política y listo para llevar a cabo cualquier misión’.