Hezbolah: El proyecto norteamericano-israelí para la región ha fracasado

El secretario general de Hezbolá: Sayyed Hassan Nasralá, ha anunciado que el Líbano está ahora bajo una alta protección y que cualquiera que piense en agredir al país debe saber que su mano será cortada.

Estas declaraciones se produjeron en un discurso difundido a través de una pantalla gigante durante una gran ceremonia organizada en la ciudad de Baalbek para festejar lo que el líder de Hezbolá calificó de “Segunda Liberación”.

 

Nos hemos reunido aquí para celebrar la gran fiesta nacional, una nueva liberación y una gran victoria.

Pongámonos de acuerdo en el término “Segunda Liberación” porque las victorias son, gracias a Dios, innumerables: la primera tuvo lugar en 1983 durante la retirada israelí del Monte Líbano y otras regiones libanesas… y luego hubo otras en 1993, 1996, 2000 (fecha de la Primera Liberación del Líbano), 2006 etc.

¿Cuál es el significado de esta liberación? Queremos hablar hoy para que conste en la Historia.

Un terrorismo había conquistado nuestras frontera en el este y norte. Los grupos armados takfiris tomaron el control de los dos lados de la frontera, lo que constituía una terrible amenaza para Siria y el Líbano. Estos grupos anunciaron que querían crear un emirato desde el norte hasta el mar.

Y ellos pusieron en ejecución su terrorismo: ataques contra regiones libanesas, atentados terroristas con coches bomba y ataques suicidas.

Al principio de estos hechos, los libaneses sufrían, como siempre, graves desacuerdos.

Ellos estaban divididos en tres grupos: algunos eran neutrales, otros tuvieron un comportamiento favorable a los grupos terroristas, ofreciéndoles facilidades. En cuanto al tercer grupo, él escogió la confrontación contra estos grupos. Un gran número de libaneses optó por la confrontación.

En el lado sirio, comenzamos liberando la zona de Al Qusair. Luego, combatimos en los territorios libaneses, en la cadena montañosa oriental. Y perdimos muchos mártires hasta esta última fase de Julio-Agosto de 2017.

Durante los pasados años, el Ejército libanés llevó a cabo operaciones en el entorno de la localidad de Arsal y luego en los campos de Ras Baalbek y de la Bekaa.

Sin embargo, el Estad libanés no adoptó una postura decisiva en la frontera, sino que entró en una confrontación de seguridad contra los grupos terroristas en el interior del territorio libanés y consiguió éxitos muy importantes.

Con la llegada del verano de 2017, llegó el tiempo de una confrontación final mientras que la amenaza no cesaba de incrementarse. Los grupos terroristas planeaban nuevas acciones y el EI quería ocupar dos localidades en la Bekaa y Hermel y tomar a sus habitantes como rehenes para imponer sus condiciones.

Estaba claro que los terroristas se habían reactivado en estos campos a finales de la primavera y decidimos actuar para liberar Arsal y Flita e informamos al Estado libanés. Si el Estado quería llevar él mismo la batalla no habríamos planteado ninguna objeción y no la habríamos lanzado nosotros.

Según mis informaciones, el mando del Ejército libanés estaba dispuesto a llevar a cabo esta batalla en Arsal, pero algunos protagonistas del Estado no quisieron dar su luz verde, razón por la cual decidimos ir adelante con la operación nosotros mismos.

En unos pocos días la victoria fue lograda; tomamos el territorio que había sido ocupado por el Frente al Nusra y liberamos a los detenidos y recuperamos los restos de los mártires.

Como siempre, y en lugar de festejar esta victoria, los libaneses cayeron de nuevo en una controversia sin fin.

Más tarde, se nos dijo que esperáramos un poco porque el Estado libanés había tomado la decisión de que el Ejército continuara el trabajo (esta vez contra el EI). Estuvimos satisfechos y nos pusimos a su disposición. También dijimos que participaríamos en la ofensiva desde el lado sirio.

Todas las fronteras fueron así liberadas. El emirato del EI fue abortado en el lado libanés y en el lado sirio.

Quiero daros una cifra rápidamente: la superficie de los territorios ocupados por los terroristas a ambos lados de la frontera al inicio de la batalla era del orden de 3.684 km2, de los cuales 760 km2 correspondían a territorio montañoso en el lado libanés. Al menos 624 km2 de ese territorio fueron liberados durante la primera operación de Hezbolá y el resto posteriormente por el Ejército libanés.

Los norteamericanos se opusieron a la batalla contra los terroristas

El hecho de que el Estado libanés tomara la decisión de lanzar la batalla revela una evolución de una gran importancia a nivel de la toma de decisiones y constituyó una decisión soberanista. Digo esto sin querer hacer cumplidos a nadie. Se trató de una decisión soberanista, que inauguró la era de Su Excelencia, el presidente Michel Aoun, que es para nosotros, para Hezbolá, un dirigente valiente e independiente, que no es sumiso a ninguna embajada ni teme ninguna intimidación. Algunos deben estar avergonzados al oír esto.

Cuando la victoria se logró en los campos de Arsal (contra el Frente al Nusra, vinculado a Al Qaida), los norteamericanos enviaron a los responsables libaneses un mensaje de cólera diciéndoles que no habrían debido permitir a Hezbolá hacer lo que hizo.

Y cuando el Estado libanés decidió liberar los territorios restantes (de la presencia del EI), EEUU pidió a los responsables libaneses que no lanzaran esta operación militar y amenazaron con cortar la ayuda que suministran al Ejército libanés.

Éstos no son secretos y los libaneses tienen el derecho a conocer la verdad.

Que las gente de la Bekaa, Ras Baalbek y Qaa sepa que los norteamericanos no querían que el EI abandonara sus regiones.

Cuando los norteamericanos vieron que los libaneses estaban decididos a lanzar la operación, ellos propusieron posponerla hasta el año próximo.

Esto provocó cierta confusión entre la clase política libanesa en tanto que los norteamericanos hacían acompañar sus demandas con amenazas