El Gobierno argentino irá al Líbano para seleccionar a refugiados sirios

Viajará una misión para evaluar a quienes podrían llegar a la Argentina en su intento por huir de la guerra; el plan de Macri es recibir 3000 residentes.

El compromiso asumido por Mauricio Macri para traer 3000 refugiados sirios a la Argentina empezó a cobrar forma y se puso en marcha: el Gobierno definió ayer que en lo inmediato se enviará al Líbano a un grupo de expertos para empezar a realizar en el terreno una selección y evaluación de aquellas personas que huyeron de la guerra y que estén en condiciones de ser trasladadas al país.

Según confiaron a LA NACION fuentes calificadas de la Cancillería y de la Casa Rosada, ayer se reunió la “Mesa Siria ampliada” en el Ministerio del Interior, para evaluar los mecanismos para implementar el ingreso de 3000 refugiados sirios. Esto forma parte de una política de Macri en línea con el mensaje del papa Francisco para reforzar la ayuda humanitaria de los refugiados sirios. También este plan contará con la colaboración de Estados Unidos y la Unión Europea.

El primer paso será instalar en la frontera del Líbano y Siria una mesa de “evaluación y selección”, con referentes de la Dirección de Migraciones, el Ministerio de Seguridad, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), el Acnur, el Ministerio de Trabajo y de Salud y la Comisión Nacional para los refufugados (Conare). Se evalúa la idea de instalar esa mesa en la ciudad libanesa de Marej, en la zona del valle de Bekaa, limítrofe con Siria. Es un campo de refugiados sustentado por la ONU en el Líbano, a siete kilómetros de la frontera con Siria y que la canciller Susana Malcorra visitó hace dos meses, cuando se entrevistó con los Cascos Blancos.

“La etapa de selección y evaluación de los refugiados será esencial, no sólo para garantizar a la Argentina que quienes vayan a ingresar al país no tengan antecedentes vinculados con el terrorismo, sino para evaluar en qué lugar y cómo se los enviará”, dijo a LA NACION un destacado funcionario que ayer participó de la Mesa Siria ampliada. Si bien conceptualmente todos en la Casa Rosada comparten la idea de Macri de aportar ayuda humanitaria a los refugiados, también hay ciertos reparos por la falta de controles que podría existir en el plan. Entendible: en Siria no hay agencia de inteligencia de la Argentina, existen riesgos de eventuales filtraciones de grupos terroristas y hay un grave problema de identificaciones: un pasaporte falso puede costar 20 euros. Para evitar esos inconvenientes, la Argentina recibiría apoyo logístico y financiamiento de la Unión Europea y de Estados Unidos.

Como una segunda etapa se trabaja en el traslado de las personas, para que puedan llegar con todo el núcleo familiar conformado y, tal como plantea el plan Siria creado por Cristina Kirchner en 2013, que se ajuste a las “familia llamantes”. Es decir, que haya grupos que le puedan dar cobijo en la Argentina con trabajo, educación y salud seguros. La tecera etapa consistirá en organizar los asentamientos en el país. Para ello se trabajará con ONG y grupos confesionales musulmanes y católicos. Según pudo saber LA NACION se estudia el eventual asentamiento en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Tucumán, Buenos Aires, La Rioja y Córdoba. Allí ya existen comunidades sirias asentadas desde hace muchos años y familias llamantes.

Según un paper reservado que circula en la Cancillería, la intención del Gobierno es organizar con “tiempo, sin riesgos y ordenadamente” el plan para 3000 refugiados, en forma gradual y mediante los tres pasos señalados. También se están ajustado los mecanismos de financiamiento externo. A fines de mes llegará nuevamente a la Argentina un comité de expertos de la Unión Europea y se mantiene un contacto permanente con autoridades de Estados Unidos.

En la reunión de la Mesa Siria ampliada participaron representantes de la Dirección de Migraciones, el Ministerio de Seguridad, la AFI, el Acnur y la Conare. Pero la idea es ampliarla a los ministerios de Trabajo, Salud, Educación y Desarrollo Social para unificar esfuerzos y “trabajar sobre responsabilidades compartidas”, dijeron en el Ministerio del Interior. Estos contarán también con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones.

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