El funcionario estadounidense finalizó ayer una visita a Beirut expresando su satisfacción hacia el sistema bancario libanés.
El subsecretario del Tesoro de Estados Unidos para el Financiamiento del Terrorismo, Marshall Billingslea, concluyó ayer una visita de dos días al Líbano con una conferencia de prensa.
Comenzó diciendo que el objetivo era “continuar los debates ya iniciados con el Gobierno del Líbano, el Gobernador del Banco Central, el Primer Ministro y el Presidente de la República, así como sus respectivos equipos para hacer frente a los difíciles desafíos que todos los Estados enfrentan cuando se trata de luchar contra las finanzas ilícitas.
Billingslea se refería a las redes de narcotráfico que Washington atribuye a Hezbollah, cuyo Tesoro no tiene dudas sobre “la participación de ciertos miembros en el tráfico de drogas”.
También brindó la oportunidad de “compartir información de inteligencia muy específica con el gobierno sobre una serie de amenazas a la seguridad, particularmente relacionadas con el Estado Islámico, pero también con redes de financiación del terrorismo”.
El tema “crucial” es, según él, “continuar el trabajo bilateral para salvaguardar la integridad del sistema bancario libanés”, que estaría amenazado por las redes de lavado de dinero de Hezbollah.
El principal objetivo de la visita del funcionario estadounidense -que surgió de sus intercambios con la prensa- fue argumentar que el sector bancario libanés es confiable a los ojos del sistema bancario internacional.
“Me complace enormemente decir que algunos bancos libaneses a veces hacen más de lo que se requiere para la auditoría según los estándares internacionales, por lo tanto, han cerrado activamente cualquier tipo de cuenta sospechosa, ya sea que esta sospecha esté relacionada con Hezbollah, Hamas o el Estado Islámico”.