Pierre Raffoul se acuerda de una conversación con el general Michel Aoun de hace muchos años, cuando ambos caminaban en el jardín. El “General” se detuvo. Puso su mano sobre el hombro de Pierre y le dijo: “Tu y yo somos viejos compañeros. Empezamos juntos y vamos a continuar juntos”.
Tan pronto que fue elegido presidente de la República, Michel Aoun ha cumplido con su palabra, creando una estructura especial para que su” viejo compañero” pueda seguir su lucha a su lado. Así que Pierre Raffoul se convirtió en ministro de Estado para Asuntos de la Presidencia, y su oficina en el palacio de Baabda está justo al lado del Presidente.
Entonces, entre los dos hombres, hay una larga historia de amistad, de lealtad y fe común en el Líbano. Para el nuevo ministro, el leal entre los leales, este nuevo cargo no es una recompensa, y mucho menos una coronación de carrera. Se trata simplemente de una nueva etapa en la lucha por un Líbano independiente y soberano en torno a un Estado fuerte y eficaz.
Pierre Raffoul no sabe hablar de sí mismo. Toda su vida gira en torno a su lucha junto a un hombre que conoció por primera vez en 1976, cuando la guerra hizo estragos en el Líbano, y que luego marcó de modo que ya no podría alejarse, mezclándose su vida y su destino a la del general. Incluso los años de exilio forzado en Australia (1993-2005); regresó al Líbano en el mismo avión que llevó al general el 7 de mayo de 2005.
Estos años no pudieron desprenderlo del general, ya que, una vez instalado en Sídney en 1993, su única preocupación era organizar una visita de Michel Aoun a este país en su primer viaje fuera de Francia donde había sido exiliado por la fuerza. El viaje tuvo lugar del 6 al 19 de junio de 1998, una estadía en la que Michel Aoun estrechó las manos a 22.000 personas … Su esposa Nelly también es una compañera de lucha y lo ha apoyado siempre, incluso cuando Ghazi Kanaan, el “Comisario sirio en el Líbano”, decidió en 1991 que Pierre debía morir …
La historia de Pierre Raffoul por lo tanto se funde con la del general, ya que, voluntario en el seno del Tanzim, se reunió con el Teniente Coronel del Ejército quien hablaba de la unidad, la independencia, la integridad territorial y el entendimiento entre musulmanes y cristianos, mientras que el país estaba desgarrado por los conflictos y su integridad violada por los ocupantes.
Según Raffoul, Michel Aoun nunca ha dejado de usar el mismo lenguaje, desde1976 hasta el día de hoy, llamando siempre al encuentro y el diálogo entre los libaneses en torno a un proyecto de un Estado fuerte y protector. Recuerda Raffoul que en los años 80, el oficial Aoun rechazó la formación de brigadas monoconfesionales e insistió en que aquella donde él era el responsable, la famosa octava brigada, sea un modelo para el Líbano en su diversidad y su compromiso a favor del país.
Pierre Raffoul confía por lo tanto que desde el inicio, la visión de este hombre lo había seducido, y añade que nunca había dudado de su capacidad para lograr sus objetivos. Incluso, en los días más oscuros, después del 13 de octubre de 1990, cuando el general se instalaba en Francia, jamás había perdido la confianza, sintiéndose por lo tanto responsable de mantener la llama de la esperanza en los corazones y las mentes de los libaneses. También recuerda siempre lo que le decía: “No podemos liberar a una Patria y construir un Estado con un pueblo miedoso y sumiso. ”
De regreso a Baabda
Pierre Raffoul se mantuvo firme tanto que pudo entre su pueblo natal, Miziara, donde disfrutó de la benevolencia del ex presidente Suleiman Franyieh, sus amistades en el Chouf y su domicilió en Baabdat. El 26 de julio de 1991, sus amigos le envían un mensaje urgente para salir del Líbano debido a que Ghazi Kanaan había dado instrucciones para matarlo, gracias a sus actividades clandestinas contra la “tutela de Siria” que molestaban a la más alta esfera del poder. Fue él quien había organizado una gran manifestación en el Jurd en 1992 cuando el general se dirigió por primera vez a la multitud por teléfono. Pierre Raffoul recuerda, que a la época, las comunicaciones eran difíciles y que intercambiaba con el general cartas donde el ultimo le pedía destruirlas después de leerlas. De hecho nunca lo hizo…
Para Pierre Raffoul, la fuerza del “General” es que no tiene ni doble ni triple lenguaje. Lleva el mismo discurso en privado, en público y por escrito. Del mismo modo, es un visionario y un gran estratega, un jefe militar y político formidable, y al mismo tiempo, no ha perdido su humanidad, y que sigue siendo un hombre tierno y afectuoso que lo vio llorando en una esquina en la muerte de sus oficiales. Para Raffoul, Aoun se ha mantenido cerca de la gente ansioso por mantener en ellos la llama de la esperanza, y que por eso nadie sale de una conversación con él sin sentirse recuperado y dispuesto a actuar, sea el lugar del encuentro en Francia, en Rabieh o en Baabda.
Pierre Raffoul nunca ha puesto en duda este regreso al palacio presidencial de Baabda. Él reveló que incluso lo había predicho en 1994 en un libro que había publicado. Otro libro que debe ser publicado pronto, el de la Presidencia, pero este va a tener que esperar unos cuantos años. El Ministro para Asuntos de la Presidencia está convencido de que el mandato será rico en logros, porque es una cuestión de fe, convicción y determinación. Toda el ambiente del Palacio presidencial ha cambiado, ya que ahora vemos el personal sonriente, motivado y activo, en contraste con la imagen tradicional de los funcionarios del sector público.
En su oficina, Pierre Raffoul fija las citas. Como uno de los colaboradores más cercanos del presidente, esta siempre solicitado y sigue muchos expedientes. Raffoul concibe sus funciones ministeriales como una especie de oficina privada del presidente, quien le asigna además misiones específicas. Él no sólo asiste a las reuniones del Consejo de Ministros, también acompañó al Presidente en su primer viaje a Riad y Doha, donde dice que ha visto el inmenso respeto que goza el nuevo presidente con los líderes de estos países, lo que demuestra que algo ha cambiado realmente en la percepción del Estado.
Pierre Raffoul estima que en casi tres meses, el presidente ha dado un nuevo impulso a las instituciones, pero reconoce que el reto es inmenso. Sin embargo, con sus muchos años al lado, o en la sombra de Michel Aoun, aprendió que con este hombre, nada es imposible.