“Hay una participación total de todas las partes y ha habido reuniones casi diarias. El diálogo está abierto. Nadie se ha salido hasta la fecha de estas reuniones”, ha dicho el portavoz de la FINUL, Andrea Tenenti.
Las tensiones han aumentado en las últimas semanas debido a la construcción de una valla en la frontera por parte de Israel, una exploración gasística frente a las costas libanesas y el papel del partido-milicia chií libanés Hezbolá.
Líbano describió recientemente como “una agresión” la construcción de la valla en la Línea Azul y aseguró que la misma penetra en su territorio, lo que ha sido negado por Israel.
Por otra parte, Beirut ha iniciado una exploración petrolera y gasística en una zona marítima cercana a la frontera común y reclamada por Israel.
“Hay voluntad de mantener este diálogo abierto. Creo que, al margen de la tensa retórica, la realidad sobre el terreno es diferente y no hay un apetito por una inestabilidad o una guerra”, ha subrayado Tenenti.
Así, ha manifestado que “los últimos doce años han sido el periodo más tranquilo en el sur de Líbano en más de tres décadas”, si bien ha sostenido que “es importante tener en cuenta que las cosas en la Línea Azul son en general muy sensibles”.
“Cualquier cosa podría desatar algo mayor e incrementar la tensión si no se le hace frente de forma inmediata”, ha remachado.
Israel ocupó el sur de Líbano entre 1982 y 2000 y en 2006 lanzó una guerra asimétrica contra Hezbolá que duró poco más de un mes y que se saldó con la muerte de unas 1.200 personas en Líbano –la mayoría civiles– y 160 israelíes –la mayoría soldados–, así como con importantes daños materiales en el país árabe.
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