En una intervención televisada, Nasrallah denunció la guerra mediática organizada desde Estados Unidos para manchar el nombre del movimiento en El Líbano y en todo Oriente Medio.
El líder libanés rechazó las infundadas acusaciones de Washington sobre una supuesta implicación de Hizbulah en el tráfico de drogas, y las consideró parte de una guerra total para perjudicar la imagen de la Resistencia libanesa.
“Nosotros prohibimos todo tipo de tráfico de drogas ilícitas. Hizbulah no tiene dinero para invertir en ese campo ni para campañas intervencionistas, ni tiene tampoco un socio comercial en ningún país del mundo”, aseveró.
Por otro lado, denunció los intentos de Washington por declarar a Hizbulah como terrorista u organización criminal.
“Diga lo que diga EE.UU., en los últimos años hemos demostrado que somos un actor fundamental para la lucha antiterrorista en la región”, sentenció.
Nasrallah, quien hizo estas declaraciones en un discurso por el tercer aniversario de los mártires de Al-Qunietra, en los altos de Golán, alabó el papel de los caídos en la derrota del grupo terrorista Daesh y frente a las conspiraciones de EE.UU. para desestabilizar la región.
El líder de Hizbulah denunció que Estados Unidos, como “la cabeza de los terroristas” brinda apoyo a los grupos armados en Siria.
“Esto muestra la hipocresía de los estadounidenses. Ellos crearon Daesh con el fin de hacer involucionar a la región”, argumentó.
El máximo líder de Hizbulah resaltó que el uso del término “terrorismo islámico” por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es una muestra de su hostilidad al Islam y los musulmanes.
Respecto a Trump, Nasrallah criticó su impopular actuación contra Palestina y la ciudad de Al-Quds (Jerusalén). Asimismo, reveló que el mandatario norteamericano “está forzando a los países árabes a presionar a los palestinos para que se rindan en cuanto a Al-Quds”.
En ese sentido, advirtió al régimen de Tel Aviv contra cualquier movimiento provocativo en la frontera con El Líbano, a la vez que condenó los esfuerzos de algunas naciones árabes dirigidos a la normalización de las relaciones diplomáticas con Israel.
Puntualizó que tanto el Gobierno libanés como la Liga Árabe han censurado los intentos destinados a normalizar las relaciones con el régimen sionista.