La reciente dimisión del premier libanés revela que Arabia Saudí sueña con alterar el papel y la identidad del Eje de Resistencia en la zona, según Hezbolá.
“El régimen saudí trata de cambiar el estatus, la identidad y el papel del Líbano en la Resistencia (de la región), para que ese país entre a formar parte del eje saudí, que obedece a Israel y ataca a Yemen, Bahréin y Siria”, cuestiona el jefe adjunto del Consejo Ejecutivo del Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el sheij Nabil Qauq.
En un comunicado emitido este sábado por dicho Movimiento, Qauq ha denunciado que el reino saudí atenta contra “la estabilidad” de El Líbano, y con su “aventurismo carente de cálculo”, trata de sumergir al país árabe en “la sedición y en el caos”.
Hezbolá ha reaccionado con estas palabras a la renuncia inesperada del primer ministro libanés, Saad Hariri, y más aun a sus acusaciones de que Irán y Hezbolá controlan su país. Sin embargo, según los informes, su renuncia ha estado motivada por las fuertes presiones ejercidas por el régimen de Riad.
Tras apuntar contra el Eje de Resistencia, ha proseguido el alto responsable de Hezbolá,Arabia Saudí se involucra en un problema que ni Estados Unidos ni el régimen israelí pudieron resolver. Arabia Saudí tampoco lo hará.
Irán, por su parte, también ha rechazado las “falsas e infundadas” acusaciones de Hariri en su contra, que, además, demuestran que EE.UU., el régimen sionista y Arabia Saudí buscan crear más tensiones en la zona, según el portavoz de la Cancillería de Irán, Bahram Qasemi.
Irán siempre ha defendido los logros de la Resistencia en la zona: de hecho, el asesor del Líder de la Revolución Islámica de Irán para Asuntos Internacionales, Ali Akbar Velayati, le comentó el viernes a Hariri que los avances ante el terrorismo son una victoria para todos los países del Eje de Resistencia, pues suponen una contundente derrota de los complots israelí-estadounidenses.