El presidente sirio, Bashar al Assad, ha señalado que todo en el mundo está cambiando con respecto a Siria, subrayando que Damasco y sus aliados están en el camino de lograr la victoria contra los terroristas takfiris.
En una entrevista con medios franceses publicada el lunes, el presidente Assad prometió que el Ejército sirio luchará hasta la liberación de “cada pulgada” de la patria de la presencia terrorista y extremista.
“Por supuesto que es nuestra misión, según la Constitución y según las leyes, que tengamos que liberar cada centímetro de la tierra siria”, dijo.
“No consideramos que (la liberación de Alepo de los militantes) sea una victoria porque la victoria se obtendrá cuando hayamos eliminado a todos los grupos terroristas”, dijo Assad, agregando, sin embargo, que “éste es un momento decisivo en esta guerra porque estamos en el camino a la victoria”.
Mientras tanto, Assad dijo que la delegación siria estaba preparada para “negociarlo todo” en las próximas conversaciones con la oposición, que se celebrarán en la capital de Kazajistán, Astana, el 23 de enero con la mediación de Rusia, Turquía e Irán.
Cuando se le preguntó si renunciaría a la presidencia, Assad dijo: “Mi posición está vinculada a la Constitución”. “Si quieren discutir este punto deben discutir la Constitución”, dijo, refiriéndose a la oposición. “Cualquier asunto constitucional debe someterse a un referéndum y el pueblo elegirá a cualquier presidente”, subrayó el líder sirio.
Assad, sin embargo, insistió en que el lado de la oposición que asistía a las conversaciones de Astana tenía que tener “sus bases de apoyo en Siria y no en Arabia Saudí, Reino Unido o Francia. Debe ser una oposición siria para discutir los asuntos sirios”.
El presidente se mostró optimista con respecto a las negociaciones de Astana y dijo que Damasco está preparado para la reconciliación con los opositores “con la condición de que dejen las armas”, al mismo tiempo que mostró su intención de eliminar a los grupos terroristas, como el Frente al Nusra, el EI y otros.
Occidente, principalmente EEUU, y las monarquías de Arabia Saudí y Qatar han apoyado generosamente a los terroristas que luchan contra el gobierno sirio con la esperanza de derrocar a Assad.