El presidente Michel Aoun, acompañado de la primera dama y su delegación, asistieron anoche a una recepción en su honor celebrada por el encargado de negocios del Líbano en el Vaticano, Albert Samaha, en la sede la escuela maronita de Roma.
La ceremonia tuvo lugar depues de una misa celebrada en la misma sede.
El presidente se refirió a la situación en la región, las guerras y el terrorismo, y destacó “que ha habido durante los años pasados división política entre quienes estan a favor y en contra de lo ocurrido, debido a que la prensa ha dado a la guerra diferentes significados: para algunos es una guerra de independencia y derechos humanos, para otros, es una guerra de terrorismo y destrucción. Efectivamente se demostró que destruye todo indicio de historia, civilización o humanidad con todos sus significados. Hoy parece que la situación va hacia una solucion, pero se necesitan grandes esfuerzos”.
“En el Líbano sigue habiendo dificultades. Durante la guerra nuestra dificultad era mantener al Líbano estable y seguro y al margen de la violencia. Gracias a Dios hemos logrado aunque muy poca cosa en comparación con lo ocurrido en la region, sin embargo, hoy cargamos con un gran peso, el de los refugiados sirios en el Líbano que han superado el 50% de la población del país. Esto es algo que ningún país puede soportar, por sus consecuencias económicas, sociales y de seguridad”, añadió.
“Necesitamos hoy más esfuerzos, pero quiero tranquilizar a todos los libaneses presentes aquí y en el exterior, y a los amigos que nos quieren: El Líbano permanecerá en pie y estará mejor que ahora”, concluyó.