“Siria es el centro del mundo” es el nuevo libro del investigador español Dr. José Antonio Egido, en el que aborda la historia de la civilización en Siria y la larga lucha de ese pueblo contra el colonialismo, el intervencionismo externo y las persistentes conjuras tramadas por las sucesivas administraciones estadounidenses.
El libro consta de una introducción, cinco capítulos y una conclusión. En uno de los capítulos, “Historia tan antigua como la humanidad”, Egido pasa revista a la legendaria historia de Siria en sus múltiples aspectos como el invento del alfabeto y los pueblos que emigraron a este país a lo largo de milenios; tierra cuna del cristianismo y de la expansión del islam; la ocupación otomana y luego la occidental que engendró el acuerdo de Sykes-Picot que fragmentó a la Siria natural.
Ese hecho desencadenó una fuerte resistencia del pueblo sirio contra la ocupación extranjera hasta conseguir la independencia total, y transformarse Siria en un centro del panarabismo.
En otro, “Un gobierno progresista y antimperialista” examina el surgimiento de los partidos progresistas en Siria y la unión con Egipto hasta producirse el cambio de marzo de 1963 que dio lugar a pasos hacia la implementación del socialismo en la sociedad siria -como la Reforma agraria- hasta llegar al año 1970, cuando el líder Hafez al Assad protagonizó el Movimiento de Rectificación y dio paso a la transformación de Siria en un baluarte de resistencia para los pueblos de la región.
“¿Por qué el imperialismo quiere destruir a Siria independiente?, es otro de los capítulos, donde el investigador español presenta pruebas y documentos sobre el involucramiento de la administración estadounidense en la guerra sobre Siria.
En él, Egido relata una declaración de Paul Wolfwitz, ex asesor del Pentágono cuando dijo: “arrancaremos siete estados comenzando por Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán hasta terminar con Irán”.
Allí enumera también las razones detrás del deseo norteamericano de destruir a Siria como el anhelado control de los recursos naturales y las vías de comunicación y acabar con la ideología panarabista y todos los gobiernos progresistas, movimientos de emancipación y de resistencia surgidos en la zona, para dar soporte a las dictaduras árabes e “Israel” y aferrar el control sobre la cuenca del Mediterráneo.
Con el seudónimo literario “Mikel Koba”, el investigador José Antonio Egido escribió decenas de columnas de opinión al Correo del Orinoco, para desde allí seguir las evoluciones de la agresión extranjera que sufre la República Árabe Siria.
Según Egido, hoy padece una nueva fase de guerra.
A su juicio, gracias a la preciosa y generosa ayuda del Ejército ruso, de Irán y de las tropas voluntarias de países árabes, el pueblo que dirige el presidente Bashar al Assad ha arrinconado y golpeado a las diversas bandas criminales, financiadas por el imperialismo y sus aliados, que habían tomado partes de su territorio.
Cuando los mercenarios fascistas son golpeados en Latakia, Alepo, Deir Ezzor y Deraa, Turquía y Arabia Saudita lanzan arrogantes amenazas de invadir el país.
Pero dos cosa deja clara Egido, la primera, que estos dos gobiernos ya han invadido Siria indirectamente mediante esas bandas, y segundo, esa es la evidencia circunstancial que todo tribunal requiere para condenar como jefe de grupo terrorista a los regímenes de ankara y Riad.
Recientemente, el presidente Barack Obama anunció el envío de tropas estadounidenses para complicar más el conflicto. Por su parte, Rusia denuncia en el Consejo de Seguridad de la ONU los bombardeos de Turquía contra las zonas controladas por la autodefensa kurda en Siria.
Si hubiese justicia en el mundo -señala Egido- el régimen turco, que cuentan con el respaldo de la OTAN, debería ser condenado como activo organizador de bandas terroristas, opresor de sus propias etnias y agresor de sus vecinos.
En reiteradas ocasiones se ha advertido que existe el riesgo de una III Guerra Mundial.
Por tanto, es de suma importancia que las fuerzas de paz conformadas por Rusia, Irán, Hizbulah, Siria, la Resistencia palestina y los kurdos progresistas se impongan de una vez.
Este libro cuenta con un grupo de subcapítulos que posibilitarán al lector acercarse a una historia llena de amor, identidad, lucha y patriorismo del pueblo sirio, y entre ellos destacan: Siria es una cuna prestigiosa de la humanidad, Una historia milenaria de resistencia, En el Creciente Fértil sirio se produce la mayor revolución cultural de la Historia: la escritura alfabética, Palestina y Siria son exactamente la misma región milenaria, Una civilización comerciante, Las religiones y los dioses se superponen y entrelazan en el respeto y la fusión, Damasco es capital y centro milenario de la cultura, Alepo, ciudad milenaria, mártir y combatiente.
En el capítulo “Un gobierno progresista y antimperialista” conocerá sobre: El Partido Comunista sirio (PCS), El partido Baas Àrabe Socialista creado en Siria, Toma del poder por el Partido Baas, República Árabe Unida, Reforma agraria, Socialismo árabe sirio, Resistencia económica a la guerra terrorista, entre otros.