Beirut, 6 jul (PL) Los gobiernos de El Líbano y Siria deben elevar el nivel de coordinación para preservar sus intereses comunes frente al terrorismo, aconsejó un destacado clérigo chiita en ocasión de iniciar hoy una tradicional festividad musulmana.
En su mensaje de felicitación a los devotos del Islam por el Eid El-Fitr, una celebración que dura tres días, el vicepresidente del Consejo Supremo Islámico Chiita libanés, jeque Abdul Amir Qabalan, condenó la ola de ataques con bombas en el mundo y estimó inaplazable la unidad frente a ese flagelo.
Qabalan señaló que las autoridades de Beirut y Damasco necesitan afianzar las acciones para eliminar el peligro que representan para sus respectivos países los grupos extremistas como el Estado Islámico (EI), el Frente Al-Nusra (la filial de Al-Qaeda en Siria) y otros que operan en la región.
Además de mayor coordinación en el enfrentamiento a los takfiristas (terroristas islámicos sunitas), el respetado líder religioso chiita abogó por medidas para impedir la nacionalización de los desplazados y refugiados sirios asentados en El Líbano.
En sintonía con la postura de otras autoridades políticas y gubernamentales, Qabalan llamó a evitar la naturalización de esas personas no sólo por razones demográficas y de seguridad para los libaneses, sino para presionar por una solución a la crisis y el retorno seguro a su país.
Al mismo tiempo, el clérigo subrayó que los libaneses aumentaron su apoyo y adhesión al ejército, las fuerzas de seguridad y la Resistencia, que encabeza el movimiento chiita Hizbulah y cuyos hombres combaten en territorio sirio en apoyo al ejército afín al gobierno de Bashar Al-Assad.
Dicha fórmula (ejército-fuerzas de seguridad-resistencia) es “una forma para mejorar la seguridad y estabilidad contra el terrorismo”, remarcó a la vez que trasmitió sus parabienes por el Eid, un período de tres días que se declaran festivos y de asueto en todos los países musulmanes.
El Eid El-Fitr o Pequeño Bairam, como se le conoce en otras naciones árabes, marca el final del Ramadán y suele verse como una forma de desquite después de tanto sacrificio durante un mes de ayuno y abstinencias, pues se caracteriza por banquetes, intercambio de regalos y reuniones familiares.
Además de indicar el final del mes sagrado del calendario lunar, señala el comienzo del Shawwal, décimo mes musulmán del año 1437 de la Hégira, que en esta ocasión está ensombrecido por recientes atentados terroristas muy letales en Iraq, Arabia Saudita, Turquía, Bangladesh y el conflicto armado en Siria.