El presidente de El Líbano, Michel Aoun, da un plazo de una semana para que Arabia Saudí facilite la vuelta del dimitido primer ministro libanés, Saad Hariri.
De acuerdo con la información recogida este sábado por el diario libanés Al Yumhuriya, el presidente libanés ha dado siete días a Riad para esclarecer la “suerte” de su premier, quien presionado por Arabia Saudí, declaró su renuncia el pasado 4 de noviembre, un día después de arribar al territorio saudí.
El rotativo no ha precisado cuándo se iniciará la cuenta del plazo, pero sí señala que en caso de no obtener resultado finalizado el periodo determinado, Aoun pretende interponer una demanda ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) para clarificar qué pasa con Hariri.
“El presidente Aoun ha informado a las delegaciones diplomáticas que no esperará más de una semana para clarificar la suerte de Hariri. Después de eso, El Líbano se verá obligado a transferir este dossier a la comunidad internacional, dado que existen voluntades internacionales para ayudar al Líbano en sus esfuerzos”, ha publicado Al Yumhuriya, citando a fuentes bien informadas sobre el asunto.
El anuncio se produce un día después de que, según un alto cargo libanés consultado este sábado por la agencia británica de noticias Reuters, el presidente libanés ha dicho a los embajadores en Beirut que los saudíes tiene secuestrado a Hariri.
Ante los intentos urdidos desde el extranjero para crear un conflicto político en El Líbano como consecuencia de esa dimisión apresurada, el comandante del Ejército libanés, el general de brigada Joseph Aoun, ha asegurado la misma jornada del sábado que el Ejército “no permitirá” a nadie que se aproveche de la actual situación política del país y ha prometido que enfrentará a los que buscan dañar la unidad nacional de los libaneses.
“El Ejército es garante de la seguridad y la estabilidad del país ante los que buscan lucrarse de la actual situación política en El Líbano y poner en riesgo la paz y la unidad nacional”, ha enfatizado el alto mando castrense libanés.
La renuncia de Hariri ha generado masivas denuncias de El Líbano y de otros países que, de hecho, señalan una conspiración trilateral detrás de dicho acto: de la Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por una parte; del régimen israelí, por otra, y de la nueva Administración saudí, liderada por el príncipe heredero Mohamad bin Salman.