El Líbano ha acogido a estos exiliados con un espíritu de solidaridad, pero no puede sacrificarse por el bien de los demás. Es tiempo de que vuelvan a casa.
El Líbano corre “un gran peligro” en los planos político, económico, demográfico y cultural, a causa de la presencia de refugiados sirios y palestinos. Juntos, éstos representan la mitad de la población total. Fueron acogidos porque estaban en peligro, pero ahora tienen que poder regresar a su patria.
Los prófugos sirios y la situación de los cristianos en Oriente Medio son temas centrales que el patriarca maronita Bechara Rai ha afrontado en una entrevista con el diario libanés L’Orient-Le Jour, al día siguiente de su regreso de una visita pastoral en los Estados Unidos, donde participó de la cuarta edición del congreso “In Defense of Christians”.
Sirios y palestinos, evidencia el patriarca, han llevado a que la población libanesa pase de 4 a 6 millones. “¿Por qué razón el Líbano, con sus 10.000 kilómetros cuadrados de montañas y valles, debiera cargar sobre sí un excedente de habitantes que equivale a la mitad de su población? Los libaneses están emigrando porque no hay trabajo”, apunta el cardenal Rai. Dicha realidad, agregó, “es un gran peligro, no sólo en el plano económico, sino también en el plano político, demográfico, cultural, y también en materia de seguridad y ambiente. El Líbano ha acogido a estos exiliados con un espíritu de solidaridad, pero no puede sacrificarse por el bien de los demás. Es tiempo de que vuelvan a su casa”. “Es una carga demasiado pesada de llevar para nosotros”, añadió el patriarca maronita.
En cuanto a la situación de los cristianos de Oriente Medio, el cardenal Rai afirma que “ha habido tal vez persecuciones” aún cuando “no existe un movimiento de persecución o genocidio, pero el correr de los hechos, [da cuenta] de agresiones aquí y persecuciones allá”. “Todos dicen que se necesita salvar la presencia de los cristianos. Pongamos fin a la guerra y establezcamos una paz justa, duradera y global. Seamos justos y valientes y digamos que aquellos que tuvieron que abandonar su tierra ya pueden regresar. Pero nosotros no hemos oído esto. Sólo hemos sentido piedad cuando los cristianos sufrieron agresiones y persecuciones. ¡Esto no vale!. Es imposible seguir adelante en la situación que atravesamos actualmente en el Oriente Medio“.
El patriarca afirma, sin embargo, que “es necesario distinguir que, por una parte está el islam, y por otra, los integristas, los fundamentalistas y terroristas, que llevan la destrucción en nombre del islam. La experiencia nos ha enseñado a vivir con los musulmanes y a obtener su simpatía. Con estas guerras, nosotros somos los grandes perdedores“.
“Si nosotros perdemos la moderación musulmana, corremos el riesgo de alimentar el fundamentalismo y el terrorismo. Y si la comunidad internacional no se esfuerza en ayudar a aquellos que en su momento huyeron [de su tierra] y a los refugiados a regresar a su patria, ellos se convertirán en terreno fértil para movimientos y organizaciones terroristas”.