Mujeres de la minoría yazidí de Iraq capturadas por el EI están siendo vendidas en Arabia Saudí, un estrecho aliado del Reino Unido, señaló el periódico británico The Sun.
Este descubrimiento tuvo lugar cuando un terrorista del EI murió en un combate en la ciudad de Al Shirqat, que fue tomada por el grupo terrorista en 2014 y fue liberada la pasada semana por el Ejército iraquí.
Los miembros de las Unidades de Movilización Popular, una milicia patrocinada por el Estado que ayudó a tomar la ciudad, afirmó haber hallado en el teléfono móvil del terrorista imágenes horribles de este comercio humano. Este descubrimiento muestra también la complicidad entre Arabia Saudí y el EI.
The Sun ha criticado al gobierno británico, que considera a Arabia Saudí como un aliado, por vender a este país armas que son utilizadas por los saudíes para cometer crímenes de guerra en Yemen. El reino wahabí hace también frente a numerosas acusaciones de violaciones de los derechos humanos, incluyendo torturas, castigos degradantes y ejecuciones salvajes.
Los oficiales iraquíes quedaron asqueados por el conjunto de imágenes que mostraban a una mujer yazidí tomada como esclava sexual. “Las imágenes mostraron la subasta de la mujer en Arabia Saudí y materiales sexualmente explícitos del combatiente del EI y la mujer”.
Las imágenes mostraban también a miembros del EI en Mosul y Baiyi, lo que sugiere que tienen al menos un año de antigüedad, ya que Baiyi fue liberada hace varios meses.
Los responsables iraquíes intentan desesperadamente encontrar a la familia de la mujer. “Esperamos liberarla a ella y a todas las mujeres iraquíes tomadas como exclavas sexuales por el EI dentro o fuera de Iraq, ya que sus derechos básicos les están siendo denegados”, dijo un responsable de las Fuerzas de Movilización Popular.
Una mujer iraquí de 18 años que logró escapar del EI señaló que fue secuestrada en su pueblo del norte de Iraq el pasado año, cuando el grupo lo tomó. Los terroristas la torturaron y abusaron sexualmente de ella y de las otras mujeres de la localidad y luego las llevaron cautivas a Mosul.
Ella dijo que decenas de mujeres fueron llevadas a una gran sala, donde había no sólo iraquíes y sirios, sino también saudíes y occidentales, cuya nacionalidad no estaba clara. Los compradores podían tocar a las mujeres “como si fueran ganado”.
