Decenas de miles de soldados participan en el ejercicio en un clima de tensión con Hezbolá
Sin apenas previo aviso, Israel va a emprender las mayores maniobras militares desde 1998 en la frontera con el Líbano, escenario de sucesivas guerras, la última en 2006. Decenas de unidades de todas las Fuerzas Armadas participarán a partir de esta medianoche en el ejercicio militar, para el que han sido movilizados miles de reservistas, según anunciaron oficiales del Mando del Norte del Ejército a la prensa israelí.
El objetivo del entrenamiento castrense, que se prolongará durante 10 días, es preparar a las tropas ante una eventual infiltración de comandos de Hezbolá desde el país vecino, así como para la evacuación de 250.000 civiles israelíes y “doblegar” finalmente a la guerrilla chií en su territorio. Algunas unidades israelíes simularán ser grupos atacantes y otras desempeñarán el papel de ciudadanos que huyen de los enfrentamientos. Los escudos antimisiles serán activados.
Un oficial citado por el diario Haaretz aseguraba que el partido-milicia libanés ya ha situado observadores “en estado de alerta” a la vista los preparativos de las maniobras. Al otro lado de la frontera se encuentra desplegada la Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano (Unifil), una misión de interposición en la que España está presente con 600 cascos azules.
El Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu teme que tras el fin de la guerra en Siria miles de combatientes de Hezbolá alistados en las filas del régimen de Damasco vuelvan ser destacados frente a la región israelí de Galilea y a los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde 1967. Netanyahu ha urgido también a la ONU a que se refuerce la vigilancia de la Unifil sobre los movimientos de la milicia proiraní.
Tras la masiva implicación de combatientes extranjeros chiíes en la guerra de Siria, Israel parece haber dejado de considerar a Hezbolá como una simple guerrilla. Sus milicianos han adquirido indudable experiencia durante el largo conflicto armado, en el que se han coordinado con el Ejército gubernamental y sus aliados de la Guardia Revolucionaria iraní, así como con las fuerzas aéreas y terrestres rusas desplegadas desde hace dos años en auxilio del régimen de Bachar el Asad.
La inteligencia militar israelí sostiene que Hezbolá cuenta con un arsenal de 100.000 cohetes de corto alcance y con varios millares de misiles que pueden alcanzar la zona central del país, donde se concentra la mitad de la población en torno a Tel Aviv. Los responsables del Mando Norte del Ejército creen que algunos de los cohetes pueden estar siendo modernizados en talleres subterráneos en el sur de Líbano. Un antiguo responsable de la Fuerza Aérea ha reconocido que Israel ha atacado en un centenar de ocasiones los últimos cinco años arsenales de la milicia libanesa y convoyes que transportaban cohetes con sistemas de dirección de precisión en territorio de Siria.
El conflicto de 2006 entre Israel y Hezbolá, que propició el actual despliegue de la Unifil con 10.800 soldados procedentes de 40 países, se saldó con la muerte de 1.300 libaneses y 165 israelíes después de 33 días de combates.