La guerra de palabras entre Moscú y Washington se ha iniciado después de que se hayan producido varios incidentes navales y aéreos entre los dos países.
El pasado 17 de Junio, un destructor norteamericano se aproximó a un navío de guerra ruso en el Mediterráneo.
El Ministerio ruso de Defensa denunció la maniobra como una violación de los acuerdos internacionales. Según el Ministerio ruso, el incidente mostró la ignorancia de la Marina estadounidense en lo que se refiere a las consecuencias de este tipo de maniobras peligrosas en una región donde la navegación es intensa.
Un responsable norteamericano de Defensa reaccionó a las declaraciones del Kremlin. Según él, la operación marítima de la Marina rusa fue “peligrosa y no profesional”.
La pasada semana tuvo lugar otro incidente entre bombarderos rusos tácticos Su-34 y cazas F-18 estadounidenses. Estos últimos trataron de alejar a los aviones rusos de una base “rebelde” que estos últimos estaban atacando en el Sur de Siria.
No hubo un combate entre los dos lados. Los aviones rusos salieron del área cuando los aviones llegaron y volvieron a ella cuando los F-18 norteamericanos se retiraron para repostar. Después de eso, los aviones rusos bombardearon la posición rebelde que EEUU estaba intentando proteger, lo cual fue calificado por los estadounidenses de “provocación deliberada”. Al menos la mitad de la base fue destruida y los militantes sufrieron importantes bajas.
Rusia, por su parte, ha señalado que EEUU nunca le ha proporcionado las coordenadas de los “rebeldes moderados” que Washington desea proteger. Las negociaciones desde el incidente han producido algunas promesas de cooperación.
Tanto el EI como el Frente al Nusra han estado activos en el área alrededor de Tanf, donde el incidente tuvo lugar, y los responsables rusos dijeron que tienen la impresión de que los “rebeldes” a los que bombardearon estaban afiliados a Al Qaida (Al Nusra).
EEUU, por su parte, ha pedido a los rusos que no bombardeen a Al Qaida en Siria debido a los estrechos vínculos de este grupo terrorista con los “rebeldes” sirios que EEUU está apoyando. Todo ello es otra prueba más del apoyo de Washington al terrorismo internacional y de la inexistencia de una oposición armada “moderada”, que está estrechamente vinculada a Al Qaida.