El primer ministro libanés, Saad Hariri, anunció hoy en Beirut que ha renunciado de momento a presentar su dimisión oficial por petición del presidente del Líbano, Michel Aoun.
En una alocución transmitida por televisión, Hariri aseguró que le entregó la petición de renuncia a Aoun, pero que este le pidió tiempo, lo que Hariri aceptó.
“He presentado hoy mi dimisión al presidente (Aoun), que me pidió esperar con el fin de abordar las razones y consecuencias (de la renuncia). Y yo he expresado mi aceptación con la esperanza de que esto lleve seriamente a un diálogo que pueda solucionar las cuestiones disputadas”, dijo Hariri desde el palacio presidencial.
La petición de Aoun se produjo en una reunión tripartita que mantuvo con Hariri y el presidente del Parlamento, Nabih Berri, al término del desfile militar con motivo del 74 aniversario de la Independencia del Líbano del mandato francés.
El primer ministro, que anunció por sorpresa su dimisión en Riad el pasado 4 de noviembre, sumiendo al Líbano en una crisis política, insistió en “la necesidad de mantenerse alejado de los conflictos regionales”.
Hariri concluyó agradeciendo “a todos por el cariño que me han mostrado y confío que con la cooperación de todos, en especial del presidente, podremos proteger al Líbano”.
El primer ministro llegó anoche a Beirut en su avión privado, después de una corta visita a Egipto y Chipre, procedente de Francia, donde se había trasladado el domingo, dos semanas después de presentar su renuncia por sorpresa desde Arabia Saudí.
Una vez que aterrizó en Beirut, se trasladó a la tumba de su padre, el asesinado ex primer ministro Rafic Hariri, y les dijo a los presentes: “Gracias, libaneses”, en alusión a la movilización general que ha pedido durante estas semanas de ausencia su regreso.
El Líbano se encuentra sumido en esta crisis política después de la renuncia de Hariri, quien en su discurso de despedida desde Riad acusó a Irán de “tutelar” la política libanesa a través del grupo chií libanés Hizbulá.
Tras la dimisión de Hariri varias fuerzas libanesas acusaron a Riad de haber forzado al primer ministro a renunciar a su cargo y de haberlo retenido contra su voluntad, aunque Arabia Saudí y el propio Hariri lo han negado.