El primer ministro de Líbano, Saad Hariri, ha pedido este miércoles ayuda a la comunidad internacional para hacer frente a la crisis de refugiados sirios y ha señalado que el país “sigue siendo un gran campo de refugiados”.
“Es de gran importancia que la comunidad internacional siga trabajando con Líbano para ayudarle a hacer frente a los desafíos asociados con la grave y sin precedentes crisis de desplazados sirios”, ha dicho.
Así, ha señalado que “la tragedia del pueblo sirio continúa por octavo año, y Líbano sigue mostrando una hospitalidad, generosidad y solidaridad excepcional”, antes de alertar de que “las capacidades de las comunidades de acogida y los servicios e infraestructuras dle país están agotándose”.
“Pese a todos los esfuerzos combinados, las condiciones se han deteriorado. Líbano sigue siendo un gran campamento de refugiados”, ha lamentado, al tiempo que ha apuntado a “un aumento de las tensiones entre los desplazados sirios y las comunidades de acogida”, que en parte ha achacado a “la competencia por la escasez de recursos y trabajo” y a que “las comunidades de acogida han visto empeorar sus condiciones económicas y sociales”.
Hariri ha enumerado una serie de medidas puestas en marcha por las autoridades del país para mejorar la situación de los refugiados en el país, especialmente a nivel de educación y sanidad, según ha informado el portal local de noticias Naharnet.
Por ello, ha reclamado la financiación de la totalidad del Plan de Respuesta País para Líbano y ha resaltado que se han pedido 2.700 millones de dólares (cerca de 2.220 millones de euros) y que hasta la fecha se ha entregado únicamente un once por ciento de esta cantidad.
Las palabras de Hariri han tenido lugar en el marco de la conferencia sobre el futuro de Siria que se ha celebrado este martes y miércoles en Bruselas, en la que la comunidad internacional se ha comprometido a aportar hasta el momento 4.400 millones de dólares (unos 3.600 millones de euros) en ayuda humanitaria para Siria y los países vecinos para el año 2018.