El primer ministro del Líbano, Saad Hariri, que a principios de este mes anunció sorpresivamente su renuncia desde Arabia Saudita, ha dicho que decidió suspender la dimisión porque desea mantener a su país fuera de los conflictos regionales.
“Todos los partidos políticos deben entender que la desvinculación de todo lo que sucede a nuestro alrededor es lo que protege al Líbano de los problemas de la región (…) Deberíamos dialogar para preservar la seguridad de este país y del pueblo libanés y nuestras relaciones con los países hermanos árabes, que también tienen derecho a preservar su seguridad. Queremos las mejores relaciones con Arabia Saudita“, dijo Hariri en un comunicado difundido por la agencia libanesa NNA. Riad es un antiguo aliado del primer ministro libanés.
Sin embargo, ha subrayado que no aceptará las posiciones del grupo chiita Hezbolá, que alteren las relaciones de Beirut con los países árabes o que afecten a la seguridad y estabilidad de esas naciones.
El papel que ha jugado en Siria Hezbolá, aliado de Irán, luchando junto al presidente sirio Bashar al Assad ha alarmado de sobremanera a Riad, señala Reuters.
El anuncio de la dimisión de Hariri puso al Líbano en el centro de una lucha por el poder en la región entre la sunita Arabia Saudita y la chiita Irán, que apoyan a facciones contrarias en Irak, Siria, el Líbano y Yemen.