En el contexto de sus esfuerzos para aplicar las políticas de censura de EEUU e Israel, Facebook ha bloqueado la página electoral de Hezbolá utilizada por su máquina electoral y en la que se mostraban los logros del partido antes de las próximas elecciones legislativas del 6 de Mayo.
El personal competente ha creado, sin embargo, otras páginas y los seguidores de la Resistencia han sido redirigidos a las mismas, lo que significa que la voz de la Resistencia no puede ser silenciada.
El pasado sábado, Facebook cerró también sin previo aviso la página de la Agencia de Prensa Palestina Safa, que tenía 1,3 millones de seguidores. Facebook defendió su decisión de cerrar la página afirmando que la agencia transmitía “un discurso de odio”.
El martes, la Asociación de Medios Palestinos condenó el ataque de Facebook contra la libertad de expresión de los medios palestinos calificándola de “clara sumisión a las políticas y a los dictados de la ocupación israelí, que está persiguiendo a los activistas palestinos sobre la base de sus opiniones políticas y posturas intelectuales y dictando condenas de prisión contra ellos”.
De hecho, al referirse al “discurso de odio” y la “incitación” como justificación para silenciar a los sitios palestinos, Facebook ha adoptado los puntos de vista de Israel, que utiliza estos términos engañosos para tratar de silenciar las críticas a sus crímenes y a su ocupación militar violenta contra los palestinos o a su ideología estatal, el sionismo.
La compañía no respondió a una cuestión del sitio Electronic Intifada sobre si había adoptado esta acción contra Safa en base a una petición de Israel.
La publicación The Intercept, dirigida por el periodista Glenn Greenwald, había denunciado anteriormente la complicidad de Facebook con los gobiernos de EEUU e Israel para silenciar a las voces críticas que no les gustan.
“Facebook ha demostrado repetidamente su disposición -que en ocasiones bordea la complicidad- a favorecer a estos gobiernos eliminando los contenidos que no les agradan”, dijo Greenwald.
“Uno de los países a los que Facebook ha mostrado una mayor servidumbre es a Israel y, como resultado, ha estado llevando a cabo durante este último año, una censura contra los palestinos, cuyo delito es expresar puntos de vista contrarios a la ocupación israelí y llevar a cabo un activismo que desagrada al gobierno de Israel”.
Según el periódico israelí Haaretz, desde el inicio del año unas 500 páginas de Facebook de activistas y periodistas palestinos han sido cerradas por la compañía.
Según Greenwald, “Facebook ha dado poder a funcionarios israelíes para controlar su contenido y obedece sus peticiones de censura en casi todos los casos”.