MADRID, 3 Ago. (EUROPA PRESS) –
El primer ministro en funciones de Líbano, Hasán Diab, ha subrayado este martes que las explosiones registradas el 4 de agosto de 2020 en el puerto de Beirut “mostraron las fallas del país” y ha agregado que “no habrá verdadera justicia” hasta que no se juzgue a los responsables del suceso, que se saldó con más de 200 muertos.
“El 4 de agosto estalló uno de los almacenes de la corrupción, causando efectos devastadores a todos los niveles”, ha manifestado en un comunicado publicado en la víspera del primer aniversario de la catástrofe, que dejó “cicatrices profundas en el espíritu y la conciencia del país”.
Así, ha manifestado que “ha pasado un año, pero las marcas son visibles, el dolor sigue siendo desgarrador y los corazones ardientes de las familias de los mártires y los heridos no se han calmado”, en gran parte debido a la falta de avances en las investigaciones y el bloqueo de las pesquisas del juez encargado del caso, Tarek Bitar.
En este sentido, Diab, una de las personas citadas a declarar por Bitar, ha manifestado que las explosiones “desvelaron en parte la corrupción que afecta a Líbano” y ha añadido que el almacén donde estaban los explosivos “resume la realidad libanesa, resultado de convergencia de elementos de una corrupción profundamente arraigada”.
“Los libaneses no podrán sentirse seguros si todos los hechos de esta catástrofe (…) no son revelados”, ha argüido, antes de pedir que se aclare “cuál es el origen de los materiales” y “por qué fueron dejados en el puerto durante siete años”, según ha recogido la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.
Por ello, Diab, quien dimitió días después de las explosiones y sigue en funciones ante la falta de un acuerdo para nombrar el nuevo Gobierno, ha apuntado que “lograr justicia comienza por revelar la verdad, responsabilizar a los autores de esta catástrofe, proteger la sangre de los mártires y curar las heridas de los heridos y afectados por esta tragedia”.
El primer ministro ha advertido además de que “Líbano atraviesa una etapa muy peligrosa que amenaza su destino y el futuro de sus hijos”, por lo que ha reseñado que “todo el mundo debe darse cuenta de que la verdadera justicia es la piedra angular que impide la caída de Líbano”.
Las explosiones tuvieron lugar en un momento en el que Líbano atraviesa una grave crisis económica y desencadenaron una nueva oleada de protestas que se saldó con la dimisión de Diab. La parálisis política ha ahondado la crisis multifacética en el país, lo que ha hecho saltar las alarmas de la comunidad internacional.