El primer censo de refugiados palestinos en el Líbano fue anunciado hoy por el primer ministro, Saad Hariri, quien rebajó la cifra de estas personas a 174.422, comparado con cerca de medio millón que se estimaba hasta el momento.
Ese número es el resultado de un estudio llevado a cabo durante seis meses en los campos de refugiados palestinos en el Líbano por el Comité de Diálogo libanés-palestino, la Dirección Central Libanesa de Estadísticas y la Oficina Central Palestina de Censo y Estadísticas.
Por su parte, la directora del organismo libanés de estadísticas, Marel Tuturian, detalló que los 174.422 refugiados palestinos viven en la actualidad en 12 campamentos y 165 aglomeraciones colindantes a ellos, y el 45 % de ellos reside en los campos.
Tuturian dijo que la mayor parte de ellos están asentados en las ciudades sureñas de Sidón (35,8 %) y Tiro (14,7 %), mientras que en el norte del país viven un 25 %, y un 13,4 % se encuentran en la capital, Beirut, aparte de en otras zonas del interior.
Además, explicó que los resultaron revelaron un “cambio demográfico en el interior de los campamentos”, ya que en algunos de ellos los palestinos se han convertido en minoría, como en el de Chatila (Beirut), donde un 57,7 % de los residentes son refugiados sirios.
Asimismo, en los campamentos hay un 7,4 % de refugiados palestinos que proceden de Siria y se han visto desplazados por segunda vez.
Otro de los datos indica que el 7,2 % de los refugiados son analfabetos y que el 18,4 % de ellos están desempleados, un porcentaje que alcanza el 43,7 % en el grupo de edad de entre 15 y 19 años.
Por otra parte, Hariri prometió que luchará contra los intentos de inhabilitar la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA).
“La crisis a la que se enfrenta la UNRWA, en especial la financiera, pone en peligro sus programas y afecta de forma directa y negativa a (la satisfacción de) las necesidades básicas de los refugiados”, advirtió el mandatario.
Añadió que el Líbano no “naturalizará” a los palestinos, ni tomará otras medidas en contra de su identidad y su “derecho al regreso” a su tierra.