El presidente de la República, el general Michel Aoun, se reunió con el superior general de la Orden Maronita libanesa, abad Nehmtallah Hachem, a la cabeza de una delegación de la Orden.
El presidente Aoun enfatizó ante la delegación que “Tenemos un honorable pasado y nuestra cultura es universal y somos la mente del oriente y el corazón del occidente y estamos luchando hoy para que nadie abandone su tierra”.
“Necesitamos hoy día una nueva mentalidad y un cambio profundo a fin de reconstruir el país. Sin valores, sentimientos y solidaridad con los demás, y sin ocuparse de los diferentes estratos sociales, ninguna nación puede levantarse y desarrollarse”.
Hizo un llamado a la sociedad a contribuir en la construcción del país, enfatizando que el Líbano es parte de la región. “Desde hoy, no podemos dejar de no mirar a nuestro alrededor, somos levantinos y nuestra vida está arraigada aquí, pero esto no significa una ruptura con los demás”.
“Todo hombre, mujer y niño debe saber que emigrar es “desertar” la tierra porque esta se convierte en tierra de comunes y sin habitantes, entonces el hombre se convierte en refugiado fuera de su tierra y su país y pierde su identidad y se convierte en una rama seca cortada del árbol y sin raíces. Esta es nuestra preocupación diaria por la cual estamos trabajando muy duro para conservar esta levadura sobre todo el territorio nacional. Estamos luchamos para que nadie quite su tierra, porque es el espacio donde podemos movernos con toda libertad religiosa y de conciencia”.
“Después de todos los experimentos que hemos tenido en Oriente Medio de hace cinco años, debemos renovarnos para que podamos darle seguimiento a la siguiente fase que está por llegar y para realizar un proceso de re-examen positivo sobre todo lo acontecido. El Líbano es un modelo de vida para las futuras sociedades. En política, el unilateralismo ha sucumbido ante la democracia, y hubo una fuerte mezcla entre las diferentes opiniones y una coexistencia entre las diferentes religiones, y esto es lo que tenemos que preservar”.
“Poseemos una honorable historia y nuestra cultura es universal, y somos hospitalarios y humanos y representamos el pensamiento del oriente y el corazón del occidente, y aglutinamos a ambos juntos en virtud de nuestra presencia y nuestra mezcla con las culturas y civilizaciones que han pasado por nuestra tierra. Es imperioso conservar nuestra cultura, nuestra tierra y nuestros valores. Nuestra fuerza viene de nosotros mismos, del interior”.
Por su parte, el abad Hashem dijo: “No cabe duda de que su elección como presidente de la República es la puerta hacia una reconciliación libanesa integral”.