El mobbing, la intimidación en el trabajo o el acoso laboral, se define como la realización de actos hostiles o humillantes por parte de un superior hacia su empleado de manera reiterada. El código penal lo contempla como delito con una pena de prisión de entre seis meses y dos años siempre que se atente o se ponga en peligro la integridad del trabajador, ya sea física o psicológica.
Para que este delito pueda ser castigado, tienen que cumplirse tres elementos:
Que se trate de hechos reiterados y prolongados a lo largo del tiempo.
Que los actos sufridos sean hostiles, es decir, gritos, enfados, desprecios o acciones denigrantes.
Que la finalidad de estas conductas sea menoscabar la integridad de la persona.
Entre sus manifestaciones más comunes están la eliminación de funciones propias del empleado o retirarle de su ocupación efectiva.
Requisitos para denunciar por intimidación laboral
Uno de los mayores problemas con el acoso laboral son las pruebas del delito. El empleado que denuncia tiene que aportar siempre documentos, hechos y cualquier otro medio que pueda servir como prueba frente a un tribunal.
Por su parte, la empresa denunciada generalmente suele aportar sus propios motivos para explicar las medidas tomadas contra el trabajador o la conducta de sus otros empleados.
Es fundamental, si sufres intimidación en el trabajo, que guardes todas las pruebas que puedas obtener de este comportamiento, ya que habitualmente son acciones que no dejan rastro por escrito y que suelen hacerse verbalmente.
Aunque en otros procedimiento no se suelen admitir las grabaciones o las conversaciones por aplicaciones de mensajería móvil, en estos casos sí. Siempre y cuando se utilicen sólo como pruebas dentro de un proceso judicial por parte de empleado que ha sufrido el acoso.
Otras pruebas que se pueden utilizar para demostrar la intimidación sufrida son:
Declaraciones del acosador y del acosado.
Declaraciones de testigos presenciales.
Informes periciales de médicos o psicólogos.
Actas de inspecciones de trabajo.
Comunicaciones por escrito.
Correos electrónicos.
Procedimientos para denunciar mobbing en el trabajo
Cuando ya se han reunido las pruebas necesarias para poder demostrar ante cualquier el acoso sufrido por el trabajador, llega el momento de enfrentarse a un procedimiento con el que denunciar la situación.
Sin embargo, no hay una sola opción, la elección del camino a seguir depende de las consecuencias que quiera el empleado. Estas son las alternativas para hacer efectiva una denuncia:
Denunciar ante una inspección de trabajo. De este modo será un inspector el responsable de constatar los daños sufridos por el trabajador visitando el centro de trabajo. Aunque este proceso no siempre sale bien y en ocasiones no se consigue el objetivo perseguido, lo cierto es que un acta de este organismo en el que se señale la existencia de intimidación laboral es una prueba que no puede ser rechazada.
Iniciar un procedimiento de tutela de derechos fundamentales y libertades públicas de acuerdo a la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social. Si se demuestra una lesión de derechos, gracias a este proceso se tramitará de manera mucho más rápida.
Finalizar el contrato laboral acogiéndose al artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores por haberse producido una modificación sustancial de las condiciones laborales que perjudican la dignidad del empleado. En este caso el trabajador tiene derecho a una indemnización equivalente a un despido improcedente, además de solicitar una indemnización extra por daños y perjuicios.
Abrir un procedimiento judicial ordinario reclamando los daños y perjuicios sufridos una vez el acoso ha parado o el trabajador se haya ido de la empresa. Es una manera de solicitar una indemnización para subsanar lo que el empleado ha estado sufriendo en el pasado.
Como ves, las opciones para denunciar si estás sufriendo intimidación en el lugar de trabajo son muchas. Aunque lo más importante no es tanto el procedimiento, como las pruebas para denunciar que efectivamente está ocurriendo.