Israel disparó municiones de fósforo blanco a través de la frontera con el sur de Líbano durante los últimos seis meses.
Este gas tóxico es perjudicial para los ojos y los pulmones y puede provocar quemaduras graves, por lo que está estrictamente regulado por las leyes internacionales.
El ejército israelí asegura que es legal el uso de esta controvertida arma contra militantes armados, tanto en Gaza como en Líbano. Sin embargo, grupos de derechos humanos sostienen que debe investigarse como un crimen de guerra.
Por su parte, Estados Unidos dijo que investigará el uso de fósforo blanco por parte de Israel en ambas regiones.