Cualquier intento israelí de violar la soberanía de El Líbano enfrentará la respuesta apropiada’, puntualizó el mandatario en declaraciones este sábado a interlocutores en el palacio presidencial de Baabda, en reacción a declaraciones del delegado israeli en la ONU, Danny Danon.
El régimen sionista ‘todavía rechaza implementar la resolución 1701 y la transición del cese de las hostilidades a una etapa de cese del fuego, a pesar de que han pasado más de 11 años desde que se emitió dicha resolución’, remarcó el jefe de Estado árabe.
Recordó que Israel aún ocupa territorios libaneses en la parte norte de Ghajar, las Granjas de Shebaa y las cumbres de Kfar Shouba (todo en la región meridional del país), mientras ‘efectúa violaciones diarias de la Línea Azul y de la soberanía libanesa por aire y mar’.
A todo ello -acotó el presidente- se suma que medio millón de palestinos están aún obligados a vivir fuera de sus tierras, acogidos por El Líbano, en ausencia de sus derechos para retornar a sus tierras y propiedades, lo cual constituye un acto de agresión contra El Líbano y su pueblo.
Según reseñaron la agencia oficial NNA y el canal Tele Liban, Aoun abundó que ‘este acto de agresión clasifica bajo el contenido del artículo 51 de la Carta de la ONU, que otorga a El Líbano y su pueblo el derecho natural para defender su tierra’.
Para el mandatario, el mensaje del representante israelí fue ‘un flagrante y enmascarado intento de amenazar la seguridad y estabilidad de los poblados y aldeas del sur situados dentro del área internacional de operaciones, y por ello asume total responsabilidad por cualquier agresión contra El Líbano’.
Aunque fuentes libanesas declinaron reproducir el contenido de la carta remitida por Danon, recordaron que el ministro israelí de Inteligencia, Yisrael Katz, afirmó el jueves pasado que ‘todo El Líbano sería un objetivo si Hizbulah dispara contra Israel o su infraestructura nacional’.
La reacción de Aoun, quien hace una semana valoró las armas en poder de Hizbulah como ‘complementarias a la acción del Ejército (libanés)’, ocurrió dos días después de un discurso del secretario general del partido de Resistencia chiita, Hassan Nasrallah, con referencias claras a Tel Aviv.
Nasrallah se refirió a artículos y discursos de líderes sionistas, según los cuales, Israel -con apoyo de la administración norteamericana de Donald Trump- pretende presionar a El Líbano y en ese sentido podría tener lugar una tercera guerra contra esta nación árabe (tras las de 1982 y 2006).