Cientos de manifestantes han tomado las calles de Bahrein para expresar su solidaridad con el prominente líder religioso Sheij Isa Qassem, que fue recientemente privado de su nacionalidad, así como con los activistas encarcelados y presos políticos.
Un gran número de personas continuaron desplegadas fuera del domicilio de Sheij Usa Qassem en la zona de Diraz, el martes en protesta por la acción del régimen de Manamá de revocar su nacionalidad. Algunos de los concentrados llevaban sudarios blancos, mostrando así su disposición a morir como mártires si era necesario.
Tras la concentración de Diraz, las fuerzas de seguridad prohibieron cualquier concentración en la localidad y sellaron el área cercana a la casa de Sheij Isa. Sin embargo, miles de manifestantes desafiaron la prohibición y realizaron sus rezos en el exterior de la casa del líder religioso.
Otros bahreiníes se manifestaron en Bilad al Qadim, un suburbio de la capital, Manamá; el pueblo de Al Musalla; el pueblo de Bu Quwah, en el norte-centro de Diraz; y en la ciudad de Aali. Los manifestantes gritaron eslóganes contra el régimen de los Al Jalifa y en condena de las medidas tomadas contra Sheij Isa Qassem, de 79 años.
Ellos también llevaban retratos de Sheij Isa y banderas del principal partido de oposición de Bahrein, Al Wefaq, y del país.
Otra manifestación tuvo lugar en la isla de Sitra, a 5 kms al sur de Manamá, donde se produjeron choques entre manifestantes y las fuerzas del régimen, que lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
Entrada en la oficina de Sheij Isa Qassem
Fuerzas del régimen de Bahrein han irrumpido en la oficina de Sheij Qassem. Según medios de Bahrein, las tropas del régimen asaltaron la sede de la fundación de Sheij Isa Qassem en el pueblo de Karranah, al norte del país, el martes, rompiendo las puertas del edificio y registrando el piso superior donde residen estudiantes de Sheij Isa.
Las fuerzas mercenarias del Ejército y la Policía acordonaron todo el pueblo y nadie, excepto los residentes locales, podía entrar en él o abandonarlo. Los miembros de la Policía y el Ejército son mercenarios extranjeros y proceden, sobre todo, de África, Pakistán y de algunos países cercanos como Yemen, siendo éstos últimos en su mayoría miembros de grupos terroristas.